Por Celia Guerra BFRP
Cultivar es dotar a la tierra de todo lo que necesita para su fructificación, sin duda es un acto laborioso que requiere de constancia, dedicación y conocimiento.
La semilla que cae en la oscura tierra, porta ya toda la información necesaria para florecer. Mediante un terreno adecuado y una preparación previa la información potencial podrá conseguir desarrollarse y llevar a cabo la magia de la realización.
Nosotros en nuestros diferentes cuerpos y niveles también somos un espacio, un cultivo, una extensión de tierra donde plantamos semillas, podamos, nos mantenemos en contacto con los ciclos y recogemos frutos.
Los Remedios Florales permiten vivir en conexión con nuestro propósito, despertar la inspiración y comprender los obstáculos como una forma de “apuntar alto”.
Los pilares para cultivar este espacio materializador son:
La constancia que tan bien refleja la flor de Bach OAK, la prudencia que transmite MIMULUS en su aspecto equilibrado, la certeza que lleva al éxito de GENTIAN, y la asistencia que tan bien contiene CENTAURY.
Cada flor es un continente, un receptáculo que se expresa:
En la flor está la lluvia,
Está la tierra
Está el sol
Está el hombre que la plantó,
Están los padres del ser que la plantó
Está el universo entero.
Poema Zen
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