domingo, 30 de junio de 2019

Las flores de la frontera por Ricardo Orozco


Si clasificamos las esencias florales de Bach en el orden en el que fueron descubiertas, tenemos 3 grupos.
1º: Los 12 Curadores
2º: Los 7 ayudantes
3º: Los Últimos 19

El primer grupo está relacionado, al menos al principio de la obra de Bach, con 12 tipologías natales que conllevan un defecto a resolver y una lección a aprender, vinculada con la corrección del mencionado defecto. Una tarea del alma en “este día de escuela” terrenal llamado vida. El alma, al encarnar, se viste de carne y mente para adquirir un aprendizaje.
El segundo grupo, siempre desde los textos iniciales del Dr. Bach, está relacionado con reconducir la personalidad primitiva al camino trazado por el alma, el cual coincide con las doce personalidades anteriores.
Por último, el tercer grupo, al que Bach denomina como de flores más espiritualizadas, parece destinado a ayudarnos a transitar las dificultades, a menudo dramáticas, que nos pueden alejar del camino.
Con el paso del tiempo, y sobre todo a raíz de los misteriosos esquemas de Bach, el del “espejo” y el “circular”, se generarán interesantes teorías que, de alguna manera, proponen una estructura jerarquizada, tanto evolutiva como de tratamiento cotidiano.
Más allá de estas consideraciones, no dejan de asombrarme las primeras y últimas flores de cada grupo, las flores del límite, de una hipotética frontera, que se convierten en el interruptor de inicio y final de tres grupos bien diferenciados. Y esto tiene para mí un gran significado, porque cada flor de inicio es el motor que impulsa una tanda floral, y la última se convierte en un final, que lleva al propio Bach a creer que su sistema está terminado. No acierta cuando concluye los dos primeros grupos, pero sí cuando finaliza el tercero.
Si miramos atentamente el primer grupo, vemos que se inicia con Impatiens (1928 y 1930) y termina en Rock Rose (1932). Más allá de que se trate de dos tipologías, las esencias tienen un rango de actuación muy amplio en todos los seres vivientes. Se trata de dos flores que trabajan sobre funciones instintivas, de supervivencia, conectadas con circuitos de alarma (aceleración y pánico), por lo que quedarán incorporadas en lo que hoy conocemos como Rescue Remedy. Y es que esa alma inmortal encarnada en un cuerpo necesita que el frágil vestido perecedero en el que habita sobreviva a numerosos peligros y asechanzas.
Cuando el Dr. Bach prepara Rock Rose, al que inicialmente llama Rescue, cree que el sistema está completo y publica Los 12 Curadores (1932). De hecho, pasan entre 9 y 10 meses de intenso y fecundo trabajo con solo estas doce esencias, hasta la aparición del primer ayudante: Gorse (1933). Si pensamos en él nos encontramos con que, aunque uno sobreviva físicamente, puede claudicar ante las dificultades de la vida, tirar la toalla y darse por vencido, navegar a la deriva renunciando a toda participación y dejando que sea cualquier otro, acaso el azar, quien gobierne la nave.
Y precisamente puede que se trate de haber perdido el rumbo, el camino trazado por el alma, lo que nos lleva a la necesidad de una guía intuitiva. Es preciso recuperar la hoja de ruta trazada por el alma. Porque la vida tiene un sentido preciso, aunque ahora no lo entendamos y estemos a menudo tan perdidos. Por eso Bach prepara en 1934 Wild Oat, la brújula inteligente para recuperar el rumbo perdido.
Y será con esta última esencia con la que Bach dé por finalizada la búsqueda de las esencias, aunque todavía no sabe que le esperan otras 19. Se retira a la casa de Sotwell, donde espera descansar y velar para que su trabajo se consolide y difunda.
Pero las tareas del alma implican en ocasiones terribles pruebas. Y por ello no me sorprende que, en 1935, el propio Bach sufra un terrible dolor de sinusitis que lo catapulta a preparar Cherry Plum, la esencia destinada a recuperar la calma cuando uno cree que va a volverse loco. Así empezaría el dramático ciclo del tercer grupo. Recordemos que en estas últimas esencias Bach experimenta en carne propia, y de una forma maximizada, los estados que le van a llevar a encontrar la esencia precisa que ayuda a sobrellevarlos. Nora Weeks es clara en este sentido.
Se trata así de una durísima prueba de seis meses que termina en la apoteosis, o mejor dicho el apocalipsis, de Sweet Chestnut. Y esta esencia de angustia existencial, de oscura noche del alma, explica la muerte simbólica del ego y el nacimiento de una nueva personalidad, ahora definitivamente orientada al dictado del alma. Por eso es lógico que sea Sweet Chestnut la última flor del sistema… esta vez definitivamente. Y creo que Bach es consciente de ello, puesto que sobrevive catorce meses a su última creación, trece de ellos operativo, trabajando y dictando conferencias pese a su siempre frágil salud. Podría haber preparado en esos últimos trece meses 30 esencias más, si pensamos que el método de cocimiento es más corto que el de solarización, y dado que en solo 6 meses de 1935 había obtenido 19 nuevas flores. Pero no, él se da cuenta de que Sweet Chestnut es la flor definitiva, el verdadero final de la creación y el nacimiento de un sistema completo, tal como hoy lo conocemos.

El Compromiso Cognoscitivo Prematuro por Deepak Chopra




Hay un experimento que ustedes pueden hacer: se ponen unas moscas en un frasco grande con tapa durante varios minutos. Si al cabo de ese tiempo, se quita la tapa, el 99.9% de las moscas no pueden salir del frasco. En base a esta experiencia sensorial inicial, las moscas y su mente-cuerpo, o lo que sea, han estructurado un compromiso consigo mismas de que ése es el límite de su universo. No pueden escapar de él, excepto una o dos de las pioneras que se las arreglan para salir.
En la India se entrenan elefantes. Se hace algo interesante: se toma un elefante bebé y se le ata con una cuerdita a una planta durante varias semanas. Cuando este elefante crece, si se le ata con una cadena a un árbol, puede romper la cadena o arrancar el árbol, pero si se le ata a una planta con una cuerdita similar a la original, no podrá escapar, no podrá escapar. Cumple el compromiso con su cuerpo-mente, esa es su prisión.
Este fenómeno se conoce entre los psicólogos como “compromiso cognoscitivo prematuro“. Es un compromiso que hacemos con nuestro cuerpo-mente que finalmente estructura nuestra realidad.
De manera que lo que ves ahí, es lo que te enseñaron a ver, básicamente. Si no te dijeron que existe, entonces no existe para tí. El sistema nervioso se desarrolla como respuesta a los estímulos nerviosos. Eso crea una cierta percepción del mundo y esa percepción del mundo estructura un sistema de creencias.

¿Cómo se hace un sistema de creencias?
Por lo que ves y tocas, por lo que oyes y hueles. Luego el sistema nervioso tiene una sola función: reforzar el sistema de creencias. En este momento, con las excepciones del caso, sólo pueden captar menos de una millonésima de los estímulos presentes de donde están. Menos de una millonésima de los estímulos presentes puede entrar en el sistema nervioso. Y estos son los que refuerzan lo que ustedes piensan que existe.
Si Ustedes no piensan que existe, ni siquiera lo van a ver. De manera que el dicho “ver para creer” es al revés: “creer para ver“. De aquí que si no se cree en algo, no se le ve y no se le oye, no se le puede tocar, gustar, ni oler.
Nuestro sistema nervioso ha sido programado para captar sólo un fragmento de la realidad y con estos fragmentos, que es todo lo que tenemos, no podemos ver el todo.
Esa es la razón por la que vivimos alienados, fragmentados, separados de los demás, porque sólo podemos ver un poco aquí y allá. Y estos fragmentos se han estructurado como resultado de los compromisos cognoscitivos prematuros que hemos hecho.
Por ejemplo, el ojo humano puede ver entre 3.70 y 7.90 billonésimas del espectro. Esto se puede entender, pero normalmente sólo puede ver dentro de esos límites. Todo lo que sobrepase estas longitudes de onda, no existe para nosotros. Hay instrumentos o aparatos científicos que extienden esos límites, pero sólo un poco. Lo que percibimos no es exactamente la realidad. No es el aspecto real del mundo. Es literalmente nuestra manera de mirarlo.
Las diferentes especies (de animales) lo ven diferente. Si uno pasea con su perro, verá que huele un universo completamente diferente al nuestro, oye lo que uno no puede oír.
Una serpiente siente su medio más en infrarrojo. Un murciélago se orienta durante su vuelo a través del eco del ultrasonido. Las células del ojo de la abeja no pueden percibir los colores que nosotros percibimos, pero ven en la zona del ultravioleta. Cuando la abeja mira una flor, no ve la flor, sino la miel a distancia. Se pierde la flor, pero nosotros nos perdemos la miel. Los ojos del camaleón se mueven a lo largo de dos ejes diferentes. No podemos imaginar cómo ve el camaleón esta sala.
¿Cuál es entonces el verdadero aspecto, la verdadera textura, el verdadero sonido? La respuesta es: no hay más que infinitas posibilidades coexistiendo al mismo tiempo. De esas infinitas posibilidades coexistiendo al mismo tiempo, nosotros estructuramos una realidad perceptual. Y si ocurre que concordamos con ella, entonces decimos que ahí tenemos la prueba de que existe.
Lo que llamamos tiempo no es más que una colección de experiencias subjetivas, resultado de nuestra realidad perceptual. Pero esa realidad, es una realidad en un nivel y es un artefacto en otros niveles. No es toda la historia.
Sir John Eccles, fisiólogo británico actualmente australiano, quien también ganó el Premio Nobel, dijo: No existen colores en el mundo real, no hay textura en el mundo real, ni olores, ni belleza, ni fealdad. Son todas realidades perceptuales, estructuradas en nuestra propia consciencia. Lo creamos todo mediante nuestra interacción.
Es un hecho que el Universo está compuesto por campos de fuerza y campos de materia que provienen de un sólo campo unificado.
 Fuente:

martes, 11 de junio de 2019

Cuán negativo resulta el apego, por Mónica Tello






Walter Riso dice que el apego es el mayor motivo de sufrimiento de la humanidad. En su libro “Desapegarse sin anestesia” trata este tema ampliamente. Define el apego como un vínculo emocional intenso y obsesivo con un objeto, idea o persona que se fundamenta en cuatro creencias falsas: que va a durar siempre, que te va a hacer feliz, que te va a dar una seguridad total y que dará sentido a tu vida.
El apego se desarrolla en la infancia cuando el niño siente que el vínculo afectivo que mantiene con sus padres es débil, entonces se siente desprotegido e inseguro, generando una carencia que le llena de miedo y tristeza. El niño crece con un patrón que seguirá manteniendo posteriormente en la edad adulta extrapolándolo a otro tipo de relaciones como pueden ser las amorosas o las de amistad.
Detrás del apego existe una necesidad encubierta, nos apegamos a algo que satisface nuestras carencias. La relación con ese algo se vuelve imprescindible para nosotros y para nuestro bienestar, entonces nos volvemos adictos, convirtiéndonos en esclavos de esa relación o vínculo. Cuando nos apegamos a algo, a alguien, nos convertimos en dependientes emocionales y renunciamos a nuestra libertad. El miedo a perder eso que creemos necesitar nos aterroriza, por ello empezamos a sufrir pensando que pasará si un día nos falta. Paradójicamente ese miedo a perderlo es lo que nos lleva precisamente a conseguir eso que tanto tememos. Tarde o temprano lo perdemos y de ninguna manera estamos preparados para asumir esa perdida.

“Crear una relación dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener un falso placer y seguridad” 
Walter Riso

¿Te has preguntado alguna vez de qué dependes para ser feliz?

Es importante por tanto realizar un trabajo personal y descubrir cuáles son esas necesidades que subyacen detrás de ese apego.
El apego es inconsciente. Es importante identificar qué miedo se esconde detrás, es evidente que solo mediante el autoconocimiento podremos averiguar a qué le tememos, pero los miedos más frecuentes que manifiestan las personas emocionalmente dependientes son por poner algunos ejemplos: el miedo a la soledad, al rechazo, a no ser queridosMuchas veces los apegos se nutren de una baja autoestima; si nosotros no nos queremos o nos queremos poco, buscaremos en los demás que nos quieran.
En esta vida debemos tener claro que todo cambia, todo se transforma. Todo en esta vida es transitorio y efímero, es un préstamo y debemos verlo como tal, mientras lo tengamos disfrutarlo al máximo y valorarlo y cuando lo perdamos agradecer por los momentos disfrutados.

“El desapego no es que tú no debas poseer nada. Es que nada te posea a ti.”



La enfermedad y los apegos como un camino de aprendizaje



 
Fuente: La red floral


La mayoría de las personas cree que enferma por casualidad, ya sea porque es hereditario, aunque entienda que en su familia, todos tienen las mismas probabilidades de adquirir esa herencia, pero un supuesto destino o mala suerte le hizo propietaria de dicha carga. O a veces cree también, que hay un castigo divino y lo vive como una ofrenda a la Divinidad; o sencillamente cree que le toco, sin más cuestionamiento.
Todo lo que manifestamos en nuestro cuerpo físico es la concreción de lo que pensamos y sentimos, en nuestra cotidianeidad. Como ya sabemos los cuerpos del hombre (físico, doble etérico, emocional y mental) se influyen y afectan, porque es un sistema que funciona como un todo, y es así como lo físico repercute en los demás cuerpos sutiles, y como también lo mental y emocional repercute en el cuerpo físico.
Desde esta premisa, podemos entender entonces que si tenemos intolerancia emocional, vamos a manifestar en el cuerpo físico, intolerancia física llámese alergia o intolerancia a la lactosa, al polen, etc., o cualquiera sea el rechazo o intolerancia que vivamos. Si somos rígidos con nosotros mismos o los demás, entonces también manifestaremos esa rigidez a través de las enfermedades físicas de la rigidez, llámese artritis, esclerosis, etc.
Como dice Edward Bach, “La enfermedad es la ausencia de la virtud. La razón de la enfermedad, es hacer que abandonemos las acciones erróneas; es el resultado de un conflicto, cuando la persona rehúsa obedecer los dictados del alma”. Y como dice Eduardo Grecco “Los síntomas, vínculos o sueños, son afectos sofocados que pugnan por salir a la Luz”.
Entonces cuando desplegamos nuestras virtudes y vivimos el amor, el desapego, la tolerancia, la paciencia, la decisión, la valentía, la flexibilidad, y nos damos cuenta de lo que tenemos que corregir en nuestra vida, y lo logramos en conciencia, entonces desaparece la lección, nos podemos curar de la enfermedad que la vida nos presenta, no como fatalidad sino como un hito susceptible de modificar a través de nuestras acciones.
De igual modo, debemos entender que las relaciones no son casuales, ni es lo que me toco por que tengo mala suerte, sino que llega a nuestra vida, un vínculo que refleja, lo que no soy capaz de mirarme a mi mismo.
No hay error; tenemos la pareja, la madre, el hijo, el amigo que precisamos para aprender las lecciones. Y cuando realmente aprendemos la lección, el conflicto, la enfermedad, el vínculo desaparece, o mejor dicho la forma de vincularnos y ya no volvemos a caer en el mismo error.
Y comprendo que la Evolución es una continuidad de vidas, que me presenta la oportunidad de resolver los conflictos y lazos kármicos a través de la experiencia del Amor.
La vida es un continuo fluir de experiencias y aprendizaje, que nos guía por los senderos de la virtud, nos impele a crecer, a remontarnos cada vez más alto a través de los escalones de la compasión, del coraje, del desapego. La vida es un escenario, donde se suceden todas las circunstancias, que nos permiten experimentar el amor a través de las relaciones.
Cada circunstancia esta dispuesta para aprender la lección que se precisa y cada relación está enlazada con los Karmas y Dharmas de vidas anteriores, obedeciendo a la continuidad de vidas de la Ley de evolución. Por tanto no hay que resistirse a las condiciones que la vida nos señala, pretendiendo controlar y manipular las situaciones, porque tiene por objetivo trabajar el desapego en sus diferentes matices.
El desapego es una bandera de libertad, que permite soltar con Fe, las circunstancias que nos agobian, y más importante aún, discernir que la verdadera libertad es otorgar a los otros, su verdadera independencia, para vivir sus lecciones sin interferencias.
El desapego es vivir sin expectativas, sin deseos, sin afanes, sin esperar nada de los otros; es la aceptación plena, de que cada ser humano debe vivir en la Libertad, de que es su alma, quien diseña los argumentos y pruebas para realizar el aprendizaje de la vida.
Desapego es confiar en el orden divino, es confiar en el tiempo del Uno y que todo se desenvuelve en sincronía con la Ley del Amor que sostiene la creación.
El desapego permite desarrollar el amor compasivo e incondicional, la tolerancia y la aceptación, de que toda conducta de los otros, tiene un móvil, que escapa a la comprensión del ego inferior.
Acepten su vida y circunstancias tal como se desenvuelve y esa aceptación plena, permitirá que comprendan cual es la lección que deben sortear y les dará la fuerza que necesitan para respetar el proceso que deben vivir.
Entréguense mansamente y sin oposición, confíen plenamente que la divinidad los sostiene, iluminando el camino a seguir para desarrollar las virtudes que precisan.
Desapego es vivir en libertad con la confianza absoluta de que cada aprendizaje, les llevará cada vez más lejos de las tribulaciones y obstáculos del mundo material, y será la oportunidad de manifestar sus capacidades creadoras y ejercer la divinidad de la que están revestidos para avanzar por el sendero de la evolución.
Amor, Desapego y Libertad, les llevará por el camino de la verdad y la Sabiduría.
La sabiduría es discernir, es descubrir la verdadera esencia de los acontecimientos, es buscar lo bueno y verdadero, lo sencillo, lo simple, lo humilde, lo que el ego pasa por alto y que se hace evidente para la conciencia.
Discernir es comprender que la vida se expresa en un lenguaje claro y nítido y que es el alma, que les guía.
No se entrampen en interpretaciones del intelecto, sólo deben fluir con desapego, y la vida misma, les mostrará el significado de los eventos que viven cada día.
Discernir es escuchar la voz interior. Es manifestar la sabiduría que emana del propio corazón. Es desear el bien común, es buscar lo mejor en nosotros para brindarlo y así manifestar la vida plena, plena de amor y Luz.
Discernir es asentarse en la fe, es manifestar los frutos del Amor; porque el Amor todo lo contiene, todo lo expresa en la sencillez de la bondad y la fraternidad.

Las flores de Bach llegan a la universidad pública



Sábado 07 de Abril de 2018
Desde marzo se dicta en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) un curso de posgrado sobre las esencias florales y el cuidado de la salud. Es el primero en su tipo en el ámbito de la educación pública universitaria. Despertó tantas expectativas que el cupo para sus clases se completó rápidamente, con una buena lista de espera para una próxima oportunidad. "Estamos ante el principio de un cambio de conciencia", analiza la directora de esta formación, Carolina Campra, sobre estas terapias avaladas por la Organización Mundial de la Salud.
Campra es fonoaudióloga y terapeuta floral; en esta última especialidad se formó en diversos cursos reconocidos por el Centro Bach de Inglaterra. "Sigo investigando y estudiando, porque todavía es un campo nuevo", dice respecto de las terapias florales, más conocidas como Flores de Bach, en alusión al doctor Edward Bach (1886-1936), impulsor de estos cuidados.
También es la directora del curso de posgrado "Las esencias florales en el cuidado de la salud" que empezó a dictarse en marzo pasado en Ciencias Médicas (UNR). El recorrido para que esta facultad aprobara su dictado tiene su larga trayectoria. La especialista atribuye el visto bueno a una apertura, a una amplitud de miradas sobre el campo del cuidado. "Es importante que, de alguna manera y aunque sea desde un lugar muy pequeño, se reconozca a estas terapias que pueden ayudar a la salud y tienen una explicación científica", aprecia Campra y agrega que actualmente "la física cuántica va explicando los procesos a través de los cuales las esencias florales pueden armonizar, equilibrar y restablecer la salud".
Un remedio natural
Al curso sobre esencias florales que se dicta en la UNR asisten graduados en diferentes disciplinas, desde médicos y docentes hasta contadores y arquitectos. Está el requisito de poseer un título de nivel superior ya que la formación depende de la Escuela de Graduados de Medicina. Las clases son un sábado por mes y el programa de formación es de un año (de marzo a marzo).
El recorrido del sistema floral es relativamente nuevo y es atribuido al doctor Edward Bach, hacia 1900. De manera muy general, las esencias son aguas impregnadas por la energía de una flor, que se toman en gotas y funcionan como una terapia o remedio natural.
 
---¿Qué importancia tiene que la Facultad de Medicina habilite en su ámbito el dictado de las terapias florales?
—Por un lado es muy lindo y si Bach estuviese vivo creo que estaría alentándonos, ya que tuvo que renunciar a su título médico porque fue muy perseguido. Pero también es real que al no haber una ley nacional que enmarque nuestra práctica, genera un movimiento de pensar que "ahora al estar en la Facultad de Medicina, todo lo demás no va a valer nada". Esto no es así. Lo que hace Medicina es ofrecer una certificación de curso de posgrado, que no es un título habilitante. Es una formación. Por tanto no vale más o menos que otra, porque todavía no hay una ley que defina cómo debe ser la misma.
—¿Y cómo es hasta ahora la formación en terapias florales?
—Ya hay una escuela a nivel nacional que surge a partir de los discípulos de Bach. Esta escuela va marcando pautas. Sí, las terapias florales están respaldadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS contempla las terapias naturales y tradiciones alternativas que existen en los distintos países, ya sea la medicina china, taoísta, ayurveda o el reiki, entre otras. Es importante marcar que no hay que ser profesional graduado para trabajar con esencias florales. Un buen curso de terapia floral puede hacerlo cualquier persona mayor de edad y trabajar de manera excelente con las flores. No hay que tener otros conocimientos, hay que poder conectarse con la emoción del otro. Siempre resalto, porque ha habido muchas confusiones, que esto no es psicoanálisis. No estamos haciendo la tarea de un psicólogo, ni de un fonoaudiólogo, ni de un médico. Es un trabajo complementario. Yo trabajo con psiquiatras, psicólogos, médicos, pediatras que piden mi intervención en problemáticas puntuales.
—A veces ocurren ciertas tendencias a mirar estas terapias con cierto fundamentalismo: "No me vacuno", "No voy más al médico"...
—Esto es complementario. Nosotros trabajamos con psicólogos, con médicos, con todas las especialidades... Esto no intenta ser las flores o nada. Justamente el hecho de que la Facultad de Ciencias Médicas esté propiciando a las disciplinas holísticas, que nos esté permitiendo espacios para esto, implica que haya un trabajo en equipo. Si fuera una cosa o la otra, nosotros no podríamos estar participando nunca de un espacio que está formando médicos del futuro. Lo que se intenta es que esto no sea una lucha, una cosa o la otra, sino que sea complementario y que podamos entender que el ser humano es una integridad. Y que muchas veces trabajando con terapias complementarias en el origen de un desequilibrio, evitamos un tratamiento de mayor gravedad.
—¿A qué atribuís tanta demanda para participar del curso abierto en Medicina?
—Creo que estamos en el principio de un cambio de conciencia. Creo que hay muchas sombras y cosas que pasan que son dolorosas, pero por la misma cantidad de sombras que hay, hay luz. Y creo que cuando las personas empezamos a tomar conciencia y nos empezamos a cuidar y a descubrir que no nos queremos intoxicar, que queremos trabajar antes de que nos enfermemos, eso empieza a contagiar como una masa de energía _porque todos estamos unidos en una red de energía a través de nuestros cuerpos_. Es decir, cuando una persona toma conciencia empieza a conectarse con otra persona que está en la misma vibración y esa información se traspasa a otras personas, aunque no
seamos conscientes. Si bien muchos opinan que esto "se puso de moda", eso es por algo. También están quienes se quedan con lo negativo y te dicen que en esto "hay mucho chanta" o que "al final es todo lo mismo". Yo me quedo con lo positivo, con que hay una apertura, que hay una energía que empieza a funcionar y que está habiendo un cambio de conciencia. Eso es lo más emocionante.
Para mejorar la calidad de vida
Carolina Campra valora que se abran posibilidades en el campo de la salud para mejorar la calidad de vida, y que esta apertura considere a las terapias florales. "La idea es que sea un abanico de posibilidades, porque los seres humanos somos únicos e irrepetibles; un abanico desde el cual cada persona pueda proyectarse y elegir lo que le hace falta en ese momento. Hay quienes vienen a la terapia floral, pero me doy cuenta de que no se terminan de conectar. Es ahí cuando les explico que no es su momento y les sugiero otra alternativa, que quizás les resulte mejor".
Las terapias florales se trabajan con niños, adolescentes y adultos. En cada etapa hay consultas que son más comunes que otras. Por ejemplo, en la primera infancia las derivaciones rondan sobre todo alrededor de los miedos nocturnos, los celos ante el nacimiento de un hermano. Sin embargo, Campra apunta que en estos casos se trabaja primero sobre el ambiente familiar, y si hay buena disposición de las familias, en general no se llega a los niños. Desde la adolescencia y en adelante, son muchas las consultas por la ansiedad. "Nosotros tenemos el trabajo de desandar esa palabra, porque debajo de la ansiedad hay emociones", dice y menciona a las preocupaciones, los miedos o la inseguridad, que hacen de esa persona alguien vulnerable.