viernes, 29 de abril de 2022

¿Dónde se escondió la Felicidad?...

Por Claudia Belou. BFRP

"A veces creemos que la Felicidad está al alcance de la mano y ¡PAF! en un abrir y cerrar de ojos, algo pasó y se esfumó. Se perdió, se escapó, se escondió ....... y ¿dónde se habrá metido?
Comienza la búsqueda y los seres humanos nos disponemos a hacer cualquier cosa con tal de encontrarla.
Nos sentimos capaces de enfrentar dragones, de saltar sobre precipicios, de caminar sobre el agua o el fuego........ Hasta que, como en todo desafío, empiezan a aparecer las vallas.
Los obstáculos que se suceden van haciendo que, desde nuestra percepción tan humana, la Felicidad vaya más rápido y empiece a sacar ventaja. A tal punto que de golpe se pierde de vista. ¿Será que nunca se dejará alcanzar? ¿Será que no es para nosotros? ¿O ....... será simplemente que no está donde la estamos buscando? ¡Mmmmmmm! ¿Y si fuera esto último? ¿Dónde habría que buscarla?
Pues yo opino que en los lugares donde no hemos buscado aún. Es decir que los seres humanos creemos que la felicidad está lejos. Que es inalcanzable. Y no podemos comprender que no la vemos porque está delante de nuestras propias narices. Está en la gota de rocío, en el sol que se proyecta en una explosión de colores en un atardecer, en el canto de un pájaro cerca de nuestra ventana, en el amanecer y ver el día, en el atardecer y contemplar las estrellas, en la música que nos acompaña, en la danza interior, en nuestro sueño de niño, en la posibilidad de ser uno mismo, en nuestras ilusiones, en el camino que recorremos para ir en su búsqueda, en el camino que dejamos atrás con obstáculos vencidos y con pruebas de las que aprender. Está en el murmullo del agua, en la quietud de la piedra y en el soplido del viento.
Está en todo eso y mucho más. La Felicidad no es un estado social. Es una luz que nace dentro de cada corazón. Es la fuerza que impulsa a cada alma a ser individual y al mismo tiempo, parte de un todo. Es aquello que nos hace sentir la necesidad de dar y la alegría de ver a alguien feliz. Es la pasión que nos impulsa a seguir nuestro camino y la certeza de saber que lo recorremos del mejor modo con las elementos con que contamos, y al mismo tiempo que podremos siempre encontrar otros recursos para enriquecer nuestra capacidad de crecimiento.
No podemos buscar la Felicidad afuera ni en personas ni en bienes materiales. La sensación de alejamiento y la frustración es lo más fácil de obtener si lo encaramos de este modo.
Ella está en nuestro interior, somos nosotros, es parte de nuestro ser, y representa la luz que cada uno de nosotros lleva dentro. Si comprendemos que lo único que hace falta es que tomemos conciencia de que allí está y que sólo tenemos que abrirle las puertas de nuestro corazón para que se haga presente, habremos iniciado el camino que nos lleve directo a nuestro objetivo. La concreción de nuestro sueño más preciado:
SER FELICES.
La invitación es a cada uno para buscar las herramientas a fin de encontrar la dicha dentro de sí mismo y que así la proyecte en cada persona de su entorno y juntos, crear un mundo mejor."
 
LA IMAGEN PERTENECE A LA ARTISTA GRACIELA CABALEIRO
 

 

Las Flores de Bach: Willow

(Por el profesor Rodrigo Negrete )

Willow es la flor del sauce. Al pensar en el sauce creo que lo que más rápido viene a nuestra mente es la imagen del sauce llorón. Precisamente esta flor nos ayuda cuando caemos en un estado de lamentos permanentes por la injusticia con que nos trata la vida. ¡Cuántas veces habremos sentido las consecuencias de haber guardado en nuestro interior broncas que no pudimos expresar! Luego, con el tiempo, el cuerpo se resintió, la mente se retroalimentó de autoconmiseración y de ahí en más la existencia pasa a ser una queja permanente porque el mundo no da en la medida que pensamos que nos merecemos. Pasamos entonces a ser las víctimas de un destino cruel del que todo nuestro entorno es responsable porque no somos capaces de ver nuestra responsabilidad en lo que nos sucede de encontrar la razón de nuestros pesares en las actitudes propias.
Al tipo Willow negativo lo escuchamos preguntarse "¿Por qué a mí?" o repetir "Yo no hice nada para merecer esto". La amargura queda girando en el interior de la mente y el corazón se llena de un resentimiento difícil de borrar porque los pensamientos inducen a ver todo desde un punto de vista negativo. Cuando las cosas no son como se desean, o todo no sucede de acuerdo a como lo planeado, uno comienza a preguntarse por qué tanta dureza, por qué el destino lo maltrata de esa manera. Cuando estas personas se enferman, son aquellas que nada les viene bien. Si alguna mejoría es visible, niegan categóricamente el hecho de poder estar mejor, argumentando que tal vez su aspecto sea mejor pero que siguen sintiéndose tan mal como antes. Protestan por todo, son difíciles de tratar y muy demandantes.
El tipo Willow negativo es incapaz de disfrutar el éxito de los demás. Sus pensamientos y actitudes endurecen su cuerpo y su mente, pero sobre todo su corazón, al punto que comienza a considerar que la vida le debe algo. Así va tomando de los demás como si fuera su derecho, sin pensar en dar nada a su prójimo, sin darse cuenta de que va alejando a quienes quisieran realmente ayudarlo. Se torna gruñón, incapaz de ver el lado positivo de las cosas, un verdadero aguafiestas.
En casos más puntuales, nos sucede a cada uno de nosotros de perder momentáneamente nuestra armonía, poniéndonos en un estado de irritabilidad en el que vemos todo negro y comenzamos a quejarnos, poniéndonos de mal humor. En esos momentos también podemos pensar cómo pueden estar alegres los demás. Este estado es natural de todas las personas y no deberíamos sentir vergüenza por sentirlo, pues todos en un momento u otro atravesamos por un momento en el cual experimentamos esta emoción negativa, tan natural como tantas otras. Por algo el Dr. Bach incluyó este remedio entre los 38 tipos que componen su sistema.
Sería muy importante reconocer el estado en nosotros mismos, pues es justamente para ello que contamos con la ayuda de Willow: nos ayuda a salir de ese pozo de negatividad neutralizándola, haciéndonos tomar consciencia de las responsabilidades para con nosotros mismos, como de la propia capacidad para atraer felicidad o bienestar a nuestra existencia, según nuestro modo de pensar.
Con Willow recobramos las ganas de disfrutar, de compartir la alegría de los demás. Da la posibilidad de ver las cosas en su real proporción, permitiéndonos recobrar nuestra capacidad de reírnos de nosotros mismos y de mantener nuestro buen humor gracias al optimismo que comienza a desarrollarse. En suma es la flor que da luz a nuestro corazón pues nos ayuda a limpiarlo de sentimientos negativos.
Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior.
 

 

El cuerpo energético del paciente

por la doctora Natalia Giovannini.

Las esencias florales una vez incorporadas en el cuerpo, gracias a su característica vibracional, entra en contacto con el cuerpo energético del paciente y viaja por él a través de los meridianos de acupuntura y se dirige a los chakras y órganos energéticos, donde producirá su efecto, que se manifestará inicialmente en los estados emocionales y posteriormente, y dentro de lo posible, en la materia. Si bien es cierto que lo anterior es complejo, en la práctica lo que ocurre es que cada flor posee una cualidad característica, como puede ser el coraje, en el caso del Mímulos, y al ser dada a un ser con temor, éste la incorporará hasta que el coraje desplaza el temor. Supongamos que tenemos una habitación oscura y queremos iluminarla. Para ello, nos disponemos a colocar luces diferentes en cantidades pequeñas (por ser tan sutiles) hasta iluminar toda la habitación y no nos ocupamos de tratar de sacar la oscuridad, pues eso sería imposible.
Las esencias florales son un campo energético sutil, mantenido en una alcoholatura (agua-alcohol), por lo que también es correcto utilizar el nombre de "elíxir floral" en lugar de esencias florales, que colocado en el campo energético sutil de otro ser vivo actúa por resonancia vibracional, armonizándolo. Sólo actuarán las esencias florales que encuentren receptividad vibracional en el receptor, por lo que sí se utilizan esencias florales "equivocadamente", no producirán ningún efecto diferente al del placebo.
 

 
 

La culpa

 "La revolución que pensadores como Freud, Marx, Jung o Sartre, produjo un paso en el proceso de liberar al hombre de las cadenas de esclavitud de los templos y, al mismo tiempo, generó un hueco, una carencia, una ausencia, que ni inconsciente, relaciones de producción, arquetipos o “nausea” existencialista, pudieron cubrir. Es más, los seres humanos, sin darnos cuenta, adquirimos nuevos amos que substituyeron los anteriores. Nuevos motivos de culpa y condena.

De manera que, el quebranto y menoscabo del “poder del pecado contra Dios” no aportó un mayor grado de libertad a la humanidad, ni disminuyó la presión de los sentimientos de culpa, angustia, soledad y tristeza. Y, esto que sucede en lo general, acontece en lo particular.
Las personas que consultan a un terapeuta pueden haber prescindido del fundamento espiritual de su vida, pero eso no les trajo menos culpa, menos desesperación o menos inseguridad. Guillotinar a Dios no supone matar la culpa.
Bach, propone otro sendero: recuperar una autentica espiritualidad basada en la libertad y el amor que lleva a que culpa y desesperación desaparezcan de nuestra existencia. Y, en este punto, Pine, tiene una participación esencial. Nos hace responsable de ser “prójimos”, con nosotros y con los otros, nos enseña a portarnos bien con nosotros mismos. Y, entonces, como resulta que así como nos tratamos trataremos a los otros, si somos responsables por nosotros, seremos responsables por los otros. En suma, del mismo modo como no nos condenamos, no condenaremos; así como no nos juzgamos, no juzgaremos. De nuevo, se desnuda otra vinculación floral: en este caso entre Pine y Beech."
(Prof.Eduardo Grecco)
 

Los Siete Ayudantes

 

Recordemos la acción floral de los 7 Ayudantes del Sistema Bach :
ROCK WATER, HEATHER, GORSE, OAK, OLIVE, VINE Y WILD OAT 
 
"Una pregunta inicial sobre el tema de los Siete Ayudantes es acerca de la necesidad de su descubrimiento o de las razones clinicas y de otra naturaleza que llevaron a Edward Bach a explorar el territorio de la cronicidad de la manera en como lo hace. Situemos las cosas.
Los ayudante son remedios que Bach piensa como herramientas para describir estados crónicos, entendiendo por esto a condiciones en donde la persona se ha acostumbrado tanto a la enfermedad que la imagina como formando parte de su naturaleza, pero que, a la vez, encubre y no permite ver lo que ella es en realidad (Curador).
En esta dirección Bach señala que "estas personas han perdido mucho de su individualidad y necesitan ayuda para salir del callejón sin salida en el que se han metido […]. Son personas que dicen: «Padezco esta enfermedad desde niño y no puedo esperar verme libre de ella», o se han tornado enfermos desde hace tanto tiempo que se han resignado a la idea de que nada puede ser hecho; o, quizás, son personas, que consideran que el mal humor o los resfriados constantes o la persistencia de cualquier enfermedad son como parte integrante de su propia naturaleza. De hecho, especialmente en ciertos casos de irritabilidad, nerviosismo o inhibición, o casos similares, estos males son aceptados como parte del carácter, aunque ellos son realmente conscientes de que no es su propio Yo […]. Los defectos de nuestro carácter, o la resignación a las debilidades corporales, sólo pueden superarse si existe el deseo de curación, y los Cuatro Ayudantes [aún no había llegado al descubrimiento de los otros tres] nos liberarán de dicho estado, conduciéndonos al nivel de los Doce Curadores". De modo que los ayudantes presentan como signatura: la desesperanza de curarse (que funciona de un modo no consciente), la integración de la enfermedad como rasgo de carácter, síntomas de larga data y que se viven, sin embargo, como algo ajeno; son máscaras encubridoras (y por lo tanto defensivas) de la personalidad."
(E.Grecco)
 

 
 

Los 7 Grupos del Sistema Floral de Bach

 


El propósito floral según Marielena Nuñez

 


Sobre las esencias florales

"Las esencias florales son preparados líquidos que llevan escrito en su estructura, un mensaje propio de cada flor. De esta manera su acción consiste, en parte, en trasladar este mensaje a la conciencia de la persona ampliando su horizonte afectivo y disminuyendo el desconocimiento de su sombra. De este modo, las esencias aumentan el nivel de autoconciencia del sujeto, develando información olvidada o reprimida y haciendo emerger potencialidades dormidas. El proceso mediante el cual esto ocurre es bastante difícil de describir, pero se ajusta en mucho a los postulados de la teoría de los campos morfogenéticos.

Desde el punto de vista dinámico, para explicar este proceso hay que partir del pensar toda prescripción floral como una interpretación en acto. Una aproximación a lo que esto significa es que el terapeuta, al “leer” simbólicamente el sentido de los síntomas de un paciente y devolverle esta “interpretación”, en términos de una fórmula floral, está esperando que al ingerir las esencias éstas provoquen en la conciencia del paciente el develamiento de aquello que lo llevó a esa formulación. Algo así como que la fórmula floral sustituye a la palabra del terapeuta y obra en la conciencia del paciente enriqueciéndola y, al mismo tiempo, le brinda la posibilidad de acceder a una información que estaba presente por ausencia en el síntoma.
Claro está que esto implica considerar a cada esencia como poseedora de un valor significante, como si fueran palabras que producen una eficaz acción simbólica de transformación, operación a la cual Claude Lévi-Strauss denominó la “eficacia de lo simbólico”.
Esta transformación consiste en volver susceptible de conciencia lo que aparece como el resto de una experiencia (emociones sofocadas, creencias inconscientes) y hacer aceptable para la personalidad lo que hasta ese momento se rehusaba admitir.
El paciente considera, por lo general, la relación entre su enfermedad y la causa de ella como algo exterior a él, y la esencia floral lo coloca en el escenario de una relación, entre ambos términos, que es interior. Una relación entre significante (el síntoma) y significado (causa real). De esta manera el terapeuta proporciona, por medio de las esencias florales, un lenguaje mediante el cual el paciente puede expresar vivencias informulables por otra vía, y es este pasaje de lo ignorado a la conciencia y de la conciencia a la palabra lo que provoca el desbloqueo de los procesos corporales o psicológicos por los cuales la persona sufre y en los cuales se encuentra atrapada.
El hecho de que esta acción se desarrolle en el marco de un cierto “ritual prescriptivo” no deja de tener su valor decisivo, ya que este gesto –que forma parte de una relación curativa– es una experiencia que acompaña necesariamente el progreso real de la cura. Las esencias sanan, pero lo que cura es la relación comprendida como un encuentro en el cual el paciente se descubre a sí mismo a través del “otro-terapeuta” y en el que los remedios florales son el “soporte material” del proceso, como lo es la palabra en el Psicoanálisis.
La eficacia simbólica que poseen las esencias florales se basa en esta propiedad inductora de conciencia que constituye un rasgo estructural de la función del alma, por la cual la personalidad intenta reencontrar la conciencia y las palabras pérdidas y liberarse de las fijaciones a las que se encuentra arraigada."
(Profesor Eduardo Grecco)
 

 

LA CORRIENTE DE LA VIDA Y LAS FLORES DE BACH

por Celia Guerra BFRP

"Siempre se ha comparado a la Vida con un río y a su caudal con la corriente vital que fluye hacia abajo, descendiendo, discurriendo en un mismo sentido sin poder jamás dar marcha atrás.
Ir a favor de esa corriente de Vida, significa que nos estamos moviendo con el movimiento, que estamos en concordancia con nuestro ser, que estamos centrados.
Cuando el sentimiento de lucha se ha transformado en aceptación nace una conexión aparentemente sencilla que conduce a la personalidad hacia una espiritualidad sutil, particular y única para cada persona.
Es entonces cuando de forma natural todas las experiencias discurren naturalmente, tal como lo hace ROCK WATER disolviendo a su paso la dura piedra que la contiene, deslizándose por el camino curvo de la libertad, estableciendo sus propias normas.
Sucede que en ocasiones la personalidad nada en contra de la corriente, y es justo en esa interrupción, donde pueden encontrarse los bloqueos que, bien entendidos, se convierten en aprendizaje, por ejemplo, cuando se desea que otros cambien y aflora la vehemencia VERVAIN intentando convencer de lo que conviene, de todo lo que la otra persona debería de hacer y se hace desde la obcecación, el entusiasmo impide observar si la reacción del otro es participativa o no.
En ocasiones, persiste la huella de haber tenido que ir en contra de la corriente natural que indica que los grandes han de proteger a los pequeños, teniendo que asumir responsabilidades excesivas o siendo confidentes de información difícil de gestionar, absorbiendo información que interrumpe o interrumpió el ciclo natural.
Pensaremos en RED CHESTNUT para el temor por el bienestar de la familia, o de ciertas personas queridas que nos preocupan, PINE para el sentimiento de no poder solucionar las cosas aun haciendo más de lo que corresponde, SCLERANTHUS para la sensación simultánea de ser por un lado, aquel al que se habría de proteger pero por el otro, sentirse como un eje de apoyo, de manera que en el interior conviven papeles aparentemente opuestos y contradictorios.
GORSE si ya se ha instalado la creencia de que las cosas son así y por mucho que se desee no se pueden cambiar.
La metáfora del río nos transporta a la certeza de que estar vivos es estar conectados al cambio constante, no importa si todo aparece igual ante los ojos, el agua, el cauce, el viento, ha cambiado, y también las sensaciones siempre en movimiento y en continuo tránsito.
Las flores de Bach nos reconcilian suave y sutilmente con el fluir natural de la vida y nos enseñan que es justo en los remolinos donde se guarda el tesoro."
 

 

CULTIVARSE CON FLORES DE BACH

Por Celia Guerra BFRP

Cultivar es dotar a la tierra de todo lo que necesita para su fructificación, sin duda es un acto laborioso que requiere de constancia, dedicación y conocimiento.
La semilla que cae en la oscura tierra, porta ya toda la información necesaria para florecer. Mediante un terreno adecuado y una preparación previa la información potencial podrá conseguir desarrollarse y llevar a cabo la magia de la realización.
Nosotros en nuestros diferentes cuerpos y niveles también somos un espacio, un cultivo, una extensión de tierra donde plantamos semillas, podamos, nos mantenemos en contacto con los ciclos y recogemos frutos.
Los Remedios Florales permiten vivir en conexión con nuestro propósito, despertar la inspiración y comprender los obstáculos como una forma de “apuntar alto”.
Los pilares para cultivar este espacio materializador son:
La constancia que tan bien refleja la flor de Bach OAK, la prudencia que transmite MIMULUS en su aspecto equilibrado, la certeza que lleva al éxito de GENTIAN, y la asistencia que tan bien contiene CENTAURY.
Cada flor es un continente, un receptáculo que se expresa:
En la flor está la lluvia,
Está la tierra
Está el sol
Está el hombre que la plantó,
Están los padres del ser que la plantó
Está el universo entero.
Poema Zen



BEECH

Intolerancia, Hipercriticismo; Arrogancia; Rigidez; Irritación; Rechazo...... 
Síntomas y Trastornos: Insomnio; Bruxismo; Intolerancia al ruido. Enfermedades que suponen rechazo; Prótesis, cuadros Irritativos en la piel, Rinitis Alérgica; Eczema de Etiología Alérgica; Toses Irritativas; Dolor de Cabeza; Anemia; Ciática; Vómito como en forma de rechazo; Problemas Gastrointestinales; Tensión en la parte Superior del Pecho, Cabeza, Cara, Maxilar; Tendencia a Rigideces Diversas (Cérvico Dorsal)
 

 

Sobre la soledad

 

"La soledad es tremendanente bella porque es tremendanente libre." Hermosa y sugestiva frase de Jung, que Water Violet haría suya, tanto por el hilo de la soledad como por el de libertad. Soledad no es aislamiento, sino el proceso por el cual se logra descubrir la propia intimidad. Es el silencio de un alma satisfecha. Movimiento, temporalmente inmanente, desde el cual se hace posible interactuar autenticamente con el otro en libertad.
De modo que no poder estar solo es expresión, al mismo tiempo, del miedo al encuentro con lo que uno es, como de abrirse de forma plena a la nostridad.
Impatiens se aisla de los demas y se vincula con las cosas, que no saben que él existe, un detalle que no le resulta para nada perturbador. Por el contrario, es su sosiego.
Clematis interactua con una fantasía, que es proyección de sus propias ilusiones mientras es indiferente a los demás. Es su forma de mostrar que nada hay que hoy importe, salvo su sueño de recuperar lo perdido. Así, su espacio vincular se puebla de fantasmas del ayer.
Mimulus es un observador no participante y aunque su retraimiento no es un aislamiento pleno, su presencia vincular está diluída por el miedo. Ni cosas, ni fantasnas solo peligros.
Agrimony, recluye en su interior a quien es en verdad, de tal modo que aquel que aparece ante los otros es un falsario. Él es quien se aleja de sí mismo. La angustia es su cárcel y el muro que le impide entregarse al amor. Ni cosas, ni fantasmas, ni peligros, solo tormentos.
Chicory, anclado en el temor a la pérdida se amarra al estancamiemto. Su soledad es una novela y su intimidad un drama. Su deseo de control lo separa de construir vínculos reales y lo condena a lo que teme: abandono. Ni cosas, ni fantasnas, ni peligros, ni tormentos, solo posesiones.
Vervain se aisla en su mundo mental. Los dogmas que predica y su conducta avasallante lo aleja de la cercania y el contacto empático, necesario en toda relacion. Está con todos pero no vibra con nadie en singular. Su corazon está elidido por la razón.
Ni cosas, ni fantasnas, ni peligros, ni tormentos, ni posesiones, solo causas.
Es posible seguir adelante con los ejemplos, pero imagino que el punto que quería ilustrar haya quedado expuesto: cada Curador tiene su modo de estar solo, aislarse e interactuar. Entonces, el secreto de cada tipo floral no se halla en el Yo ni en el Tú, sino en el "entre", ese territorio mágico del alma, donde soledad, intimidad y relación se abrazan. Su fuerza espanta, de nuestras vidas, aquellos demonios que llamamos aislamiento, indiferencia, temor, tormento, control e imposición. Y, tambien, a los otros que siguen, esperando ser nombrados.
(Prof. Eduardo Grecco )
La imagen es obra de la artista Graciela Cabaleiro