Fuente: La red floral
La mayoría de las
personas cree que enferma por casualidad, ya sea porque es hereditario, aunque
entienda que en su familia, todos tienen las mismas probabilidades de adquirir
esa herencia, pero un supuesto destino o mala suerte le hizo propietaria de
dicha carga. O a veces cree también, que hay un castigo divino y lo vive como
una ofrenda a la Divinidad; o sencillamente cree que le toco, sin más
cuestionamiento.
Todo lo que manifestamos
en nuestro cuerpo físico es la concreción de lo que pensamos y sentimos, en
nuestra cotidianeidad. Como ya sabemos los cuerpos del hombre (físico, doble etérico, emocional y
mental) se influyen y afectan, porque es un sistema que
funciona como un todo, y es así como lo físico repercute en los demás cuerpos sutiles, y
como también lo mental
y emocional repercute en el cuerpo físico.
Desde esta premisa,
podemos entender entonces que si tenemos intolerancia emocional, vamos a manifestar en
el cuerpo físico, intolerancia física llámese alergia o intolerancia a la lactosa, al polen, etc., o cualquiera sea el rechazo o intolerancia
que vivamos. Si somos rígidos
con nosotros mismos o los demás, entonces también
manifestaremos esa rigidez a través de las enfermedades físicas de la rigidez,
llámese artritis,
esclerosis, etc.
Como dice Edward Bach, “La enfermedad es la ausencia de la virtud. La razón
de la enfermedad, es hacer que abandonemos las acciones erróneas; es el
resultado de un conflicto, cuando la persona rehúsa obedecer los dictados del
alma”. Y como dice Eduardo Grecco
“Los síntomas, vínculos o sueños, son afectos sofocados que pugnan por salir a
la Luz”.
Entonces cuando
desplegamos nuestras virtudes y vivimos el amor, el desapego, la tolerancia, la
paciencia, la decisión, la valentía, la flexibilidad, y nos damos cuenta de lo
que tenemos que corregir en nuestra vida, y lo logramos en conciencia, entonces
desaparece la lección, nos podemos curar de la enfermedad que la vida nos
presenta, no como fatalidad sino como un hito susceptible de modificar a través
de nuestras acciones.
De igual modo, debemos
entender que las relaciones no son casuales, ni es lo que me toco por que tengo
mala suerte, sino que llega a nuestra vida, un vínculo que refleja, lo que no
soy capaz de mirarme a mi mismo.
No hay error; tenemos la
pareja, la madre, el hijo, el amigo que precisamos para aprender las lecciones.
Y cuando realmente aprendemos la lección, el conflicto, la enfermedad, el vínculo
desaparece, o mejor dicho la forma de vincularnos y ya no volvemos a caer en el
mismo error.
Y comprendo que la Evolución es una continuidad de vidas, que
me presenta la oportunidad de resolver los conflictos y lazos kármicos a través
de la experiencia del Amor.
La vida es un continuo
fluir de experiencias y aprendizaje, que nos guía por los senderos de la
virtud, nos impele a crecer, a remontarnos cada vez más alto a través de los
escalones de la compasión, del coraje, del desapego. La vida es un escenario,
donde se suceden todas las circunstancias, que nos permiten experimentar el
amor a través de las relaciones.
Cada circunstancia esta
dispuesta para aprender la lección que se precisa y cada relación está enlazada
con los Karmas y Dharmas de vidas anteriores, obedeciendo a la continuidad de
vidas de la Ley de evolución. Por tanto no hay que resistirse a las condiciones
que la vida nos señala, pretendiendo controlar y manipular las situaciones,
porque tiene por objetivo trabajar el desapego en sus diferentes matices.
El desapego es una bandera de libertad, que permite soltar con Fe, las
circunstancias que nos agobian, y más importante aún, discernir que la
verdadera libertad es otorgar a los otros, su verdadera independencia, para
vivir sus lecciones sin interferencias.
El desapego es vivir sin
expectativas, sin deseos, sin afanes, sin esperar nada de los otros; es la
aceptación plena, de que cada ser humano debe vivir en la Libertad, de que es
su alma, quien diseña los argumentos y pruebas para realizar el aprendizaje de
la vida.
Desapego es confiar en el
orden divino, es confiar en el tiempo del Uno y que todo se desenvuelve en sincronía
con la Ley del Amor
que sostiene la creación.
El desapego permite
desarrollar el amor compasivo e incondicional, la tolerancia y la aceptación,
de que toda conducta de los otros, tiene un móvil, que escapa a la comprensión
del ego inferior.
Acepten su vida y
circunstancias tal como se desenvuelve y esa aceptación plena, permitirá que
comprendan cual es la lección que deben sortear y les dará la fuerza que
necesitan para respetar el proceso que deben vivir.
Entréguense mansamente y
sin oposición, confíen plenamente que la divinidad los sostiene, iluminando el
camino a seguir para desarrollar las virtudes que precisan.
Desapego es vivir en
libertad con la confianza absoluta de que cada aprendizaje, les llevará cada
vez más lejos de las tribulaciones y obstáculos del mundo material, y será la
oportunidad de manifestar sus capacidades creadoras y ejercer la divinidad de
la que están revestidos para avanzar por el sendero de la evolución.
Amor,
Desapego y Libertad, les llevará por el camino de la verdad y la Sabiduría.
La sabiduría es
discernir, es descubrir la verdadera esencia de los acontecimientos, es buscar
lo bueno y verdadero, lo sencillo, lo simple, lo humilde, lo que el ego pasa
por alto y que se hace evidente para la conciencia.
Discernir es comprender
que la vida se expresa en un lenguaje claro y nítido y que es el alma, que les
guía.
No se entrampen en
interpretaciones del intelecto, sólo deben fluir con desapego, y la vida misma,
les mostrará el significado de los eventos que viven cada día.
Discernir es escuchar la
voz interior. Es manifestar la sabiduría que emana del propio corazón. Es
desear el bien común, es buscar lo mejor en nosotros para brindarlo y así
manifestar la vida plena, plena de amor y Luz.
Discernir es asentarse en
la fe, es manifestar los frutos del Amor; porque el Amor todo lo contiene, todo
lo expresa en la sencillez de la bondad y la fraternidad.
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