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Chicory está
indicado para las personas llenas de amor y preocupación por sus familiares y
amistades, pero que negativizadas podrían llegar a esperar interesadamente
reciprocidad en todo el amor que dan y se sentirán menospreciadas e
innecesariamente dolidas si no recibieran lo que esperan. Su gran amor puede
también conducirles a querer retener a sus seres queridos y a tratar de
mantenerlos dependientes y a la mano. Esto puede reprimir el desarrollo de otras
personalidades o bien alejarlas.
Cuando
alguien cae en el estado negativo de Chicory se usa el remedio para ayudar a
aflorar el lado positivo de la persona: brindar amor incondicional y en
libertad.
Chicory
es la Flor que nos permite amar y aconsejar sin demandar amor y atención a
cambio. Vivir la vida en plenitud. También se emplea para ayudar a soltar aquello a lo que la persona se
siente aferrada.
En su
aspecto positivo (su labor almática), es posible observar que las
personalidades Chícory cumplen la misión de ayudar a otras almas a encarnar,
aprender el apego. Enseñan el cuidado del alma.
El desapego es congruente con el propósito espiritual de la evolución, y es bien cierto que, el mundo y los vínculos, pueden distraernos de esta labor. Pero, el alma, tiene una tarea y una responsabilidad significativa: encontrar los tesoros de la vida y explorar sus recodos por medio del apego, a través de las relaciones y de las creaciones de Dios en el mundo.
Es claro que para desapegarme primero debo estar apegado. Y, ¿Si no lo estoy? El alma busca apegarse a la vida de una manera envolvente y complicada y se requiere, para lograrlo, de un profundo deseo de intimidad y cercanía, que el Chicory puede enseñar en todos sus matices.
El desapego es congruente con el propósito espiritual de la evolución, y es bien cierto que, el mundo y los vínculos, pueden distraernos de esta labor. Pero, el alma, tiene una tarea y una responsabilidad significativa: encontrar los tesoros de la vida y explorar sus recodos por medio del apego, a través de las relaciones y de las creaciones de Dios en el mundo.
Es claro que para desapegarme primero debo estar apegado. Y, ¿Si no lo estoy? El alma busca apegarse a la vida de una manera envolvente y complicada y se requiere, para lograrlo, de un profundo deseo de intimidad y cercanía, que el Chicory puede enseñar en todos sus matices.
La virtud que aporta es Amor desinteresado,
sin posesión.
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