domingo, 28 de mayo de 2017

Historia del primer libro sobre Flores de Bach en Español

En 1987,  la médica, homeópata y psiquiatra María Luisa Pastorino publica en la editorial argentina Club de estudio,  “La medicina floral de Edward Bach”.En una entrevista que la Dra. Pastorino le dio a Susana Veilati, le contó detalles de cómo fue que se decidió a escribirlo.
Transcribo a continuación lo que Susana Veilati escribe en su blog  ARTERAPIA FLORAL

María Luisa Pastorino y Florencio Escardó

"Me contó que una tarde la llama el Dr. Florencio Escardó, un médico argentino, lúcido y bondadoso, que estaba por esos días preparando una colección de libros de medicinas alternativas. Escardó había oído hablar sobre las Flores de Bach y le preguntó si ella conocía algo sobre este tema. María Luisa llevaba poco tiempo trabajando con las esencias florales, así es que contestó algo parecido a un tímido sí. No hizo falta más para que el entusiasta médico le encargara un libro sobre el tema.

María Luisa no daba crédito a la propuesta, intentó negarse, pero Escardó era tan entrañable, bella persona y además confiado en el talento de María Luisa, que ¿cómo decirle que no? Así es que aceptó y convino que él le haría el prólogo. En los AGRADECIMIENTOS, dice Pastorino:
“Agradezco al profesor Florencio Escardó, maestro de la medicina argentina, el haberme sugerido y prologado este libro, estimulando así mi esfuerzo para hacerlo y para ahondar y sistematizar mis conocimientos sobre el tema.

Y continuó María Luisa diciendo que, acto seguido, se lanzó sobre los pocos textos en inglés publicados por la editorial inglesa Daniel Company Ltd: “Heal Thyself”, 1979; “The twelve Healers and Other Remedies”, 1979;  y “La curación por las flores” de Edaf, 1980, todos de Edward Bach. Y agregó: -“Pero no sé qué hubiera hecho sin los de Philip Chancellor”: “Handbook of Bach Flower Remedies”, 1980, también de Daniel Co. Ltd. y “Curación por medio de flores, de la editorial mejicana Yug, 1979." 









viernes, 26 de mayo de 2017

Cómo nació la terapia floral


(Mónica Vaccaro – BFRP)

El 19 de Marzo de 2014 adquirí el libro  “Nueva Generación – Avances en la Terapia Floral” escrito por el Lic. Raúl Pérez. En la página 11 leí:


Y desde entonces el tema de la importancia del rocío como soporte de la información floral estuvo siempre dándome vueltas en la cabeza. Qué tenía que ver el rocío con la Alquimia? – me preguntaba.
Paracelso decía: “La naturaleza no produce nada en sí que sea perfecto. El ser humano debe conducir las cosas hacia su perfección y este trabajo se llama Alquimia.”
Está relacionada la Alquimia con el arte de curar?
Fue Carl Jung quien dijo:



"El objeto de la alquimia no es transformar metales innobles en plata u oro, sino crear un remedio contra todas las enfermedades" 
(Sa­lomón Trismosín “Materia Médica”)

En la primavera del año 1930 Bach se aleja de Londres. Era una cálida mañana del mes de mayo y parte rumbo a Gales”- nos cuenta el profesor Grecco. Tenía 43 años y, literalmente, co­mienza un viaje que lo conduce a la creación de su Obra Floral.  Un viaje que, como el de Santiago, el protagonista de “El Alquimista”de Coelho, sería iniático y transformador.
Nora Weeks (la mujer que acompañó al Dr Bach por toda Inglaterra en la búsqueda de sus flores curativas) cuenta que una mañana de mayo, cuando Bach caminaba a horas tempranas por un campo cubierto todavía de abundante rocío, le cruzó de repente la idea de que cada gota de rocío debía contener algunas de las propiedades de la planta donde se apoyaba, pues el calor del sol, actuando a través del líquido, serviría para extraer di­chas propiedades hasta que cada gota estuviera imantada con ener­gía. Entonces Bach advirtió que, de poder obtener de esta manera las propiedades medicinales de las plantas que él buscaba, los re­medios resultantes contendrían la energía perfecta y no contami­nada de las  plantan, y  seguramente curarían como no había curado antes preparación médica alguna. [...]. Decidió poner a prueba su teoría recogiendo el rocío de ciertas flores antes que el sol las eva­porara, y experimentarlas en sí mismo. En primer término vertió dentro de pequeños frascos las gotas provenientes de diversas plan­tas con flores, llenando algunos con el rocío de flores que habían es­tado expuestas a la plena luz solar, y otros con aquellas que se en­contraban todavía en la sombra. [...]. El hecho importante que averiguó a partir de este experimento era que el calor del sol era esencial en el proceso de extracción, ya que el rocío recogido en las plantas en los lugares sombreados no era tan potente como el de las plantas a pleno sol. [...]. Habiendo probado que el rocío calentado por el sol absorbía las propiedades de la planta sobre la que se en­contraba, se dedicó a perfeccionar el nuevo método de preparar remedios curativos. Recolectar suficiente rocío de cada flor sería demasiado trabajoso y demandaría demasiado tiempo, de modo que decidió recoger algunas flores de una planta escogida y colocarlas en un bol de vidrio lleno de agua proveniente de un arroyo límpido y colocarlo en el campo a pleno sol durante varias horas. Hizo esto y descubrió con gran satisfacción que el agua estaba impregnada de energía de la planta, y que era muy potente".
En el artículo publicado en The Homcepathic World en 1930 con el título "Algunos remedios y nuevas aplicaciones", Bach manifiesta: "Tenemos mucho que aprender en lo que respecta a la recolección y preparación de las hierbas; debemos tomar en consideración muchos puntos si queremos obtener un resultado máximo, en lugar de uno mediocre: el hábitat natural, la edad, el estado y la parte en particular de cada planta, las influencias planetarias, la hora del día y, no por último menos importante, la actitud mental del médico, que debería ser de absoluta devoción a la obra que tiene entre manos en beneficio de la humanidad"
Esta idea de conjunción de fuerzas y elementos en un mismo pro­ceso de metamorfosis, bajo influencias planetarias, en la prepara­ción de los remedios florales tiene fuertes resonancias alquímicas, cabalistas y gnósticas que conviene no perder de vista para esta­blecer, en el trabajo de Bach, la continuidad de una corriente de pensamiento en la historia de las ideas terapéuticas y que seguramente fluían en su mente.
De la narración de Nora Weeks co­mo de las propias palabras de Bach, se deduce la influen­cia del pensamiento de Paracelso sobre el trabajo de construcción de la Terapia Floral. ¿Cuál es la esen­cia de lo que Bach está sustentando? Una respuesta posible es que está madurando la idea de preparar un remedio quintaesencial, dado que ha observado que el rocío calentado por el sol contiene el patrón arquetípico de la flor en la cual reposa y que la signatura de la planta indica la naturaleza de la acción cu­rativa que ella posee. Todo esto nos lleva, inequívocamente, a Pa­racelso y su ars spagirico.
El proceso de preparación de las esencias florales por el método solar es fruto de la aplicación de un doble movimiento: de la flor al rocío y del rocío de la flor al agua, con un paso intermedio de la acción solar como activadora.
Para los alquimistas, gnósticos y hermetistas el rocío (especialmente de mayo a septiembre) era considerado el reservorio del espíritu uni­versal de la Naturaleza, de modo que en él anidaba el poder cura­tivo que ella poseía, y, a partir de este principio, se preparaban re­medios sanadores.
Dice Eduardo Grecco “Bach reconoce en sus textos, en varias oportunidades, a Paracelso como un antecedente de su obra y como un pensador afín con sus planteos sobre la salud, la cura y la enfermedad. Pero, Paracelso no brota de la nada, sino que entronca su labor dentro de una corriente que ya venía operando con una perspectiva mucho más abarcativa, a la cual él hace, sin duda, una contribución significa­tiva. Este movimiento, que podemos llamar Alquimia Vegetal, está ligado a la Alquimia (en su poco recordado campo médico) y al Hermetismo, y tiene una estrecha relación con las tradiciones esotéricas judías, cristianas y árabes y con la Kemicina egipcia.”
Paracelso había recuperado para la Medicina el respeto por las leyes naturales -como parte esencial de toda terapéutica- y sostuvo que la Naturaleza posee un método cierto para curar las enfer­medades que el médico, en general, ignora. Esta convicción es de capital importancia en relación a la función terapéutica, en el sen­tido de que la Naturaleza proporciona las herramientas necesa­rias para la cura, y que el médico debe aprender a escucharla al punto que "si se entiende la Naturaleza -afirmaba-, ella misma cu­rará por sí sola las enfermedades".
En este sentido, el "estar acorde con la Naturaleza" significa concordancia con un Plan Divino -en el que creía fervorosamente Bach- contenido en sus leyes y funcionamientos, ya que -como pensaba Paracelso, y en esto hay absoluta coincidencia entre los dos - existe una presencia divina en el hombre y en la Naturaleza, y ésta no se reduce a materia, sino que es un orden de signos, es decir, un lenguaje por medio del cual dicho Plan habla.
Ajustarse a la Naturaleza implica, también, no agregar en la cura nada que no provenga del interior de la persona y nada que releve al paciente de su propia responsabilidad.
Paracelso a consideraba al mundo como una gran farmacia y a Dios como el "boticario supremo". De tal forma,  cualquier segmento de la Naturaleza tiene la posibilidad de convertirse en un fármaco, y para esto se necesita que el médico -mediante la ob­servación, la signatura y la alquimia— haga evidentes las modali­dades de su acción sobre la persona. “Entre Dios y la Naturaleza, el hombre pasa a constituirse en un explorador y administrador de los caudales curativos de la tierra y del universo.” (E. Grecco)

Espagiria

 

Se le atribuye a Paracelso el haber denominado “Espagiria a la producción de medicinas a partir de plantas utilizando procedimientos alquímicos.
Pero la espagiria no es sólo una técnica alquímica de preparación de remedios en base a la captación de las propiedades esenciales de una sus­tancia, sino unaconcepción filosófica esotérica que puede remontarse hasta Pitágoras, de un modo muy generoso, y más ciertamente a la alquimia me­dieval y las escuelas médicas del esoterismo judío y árabe. Etimológicamen­te, del griego spao (separar) y ageiro (juntar). Espagiria designa un arte al­químico o un procedimiento mediante el cual se extrae la esencia o energía sutil de la materia. Esta energía, una vez liberada (a partir de minerales, ve­getales o animales), puede administrarse en forma de remedios y unirse a la energía del hombre. Los remedios espagíricos se preparan mediante una técnica llamada "iatroquímica" y son medicamentos altamente asimilables, en el plano energético, por el organismo en el que se introducen.
Para la es­pagiria la enfermedad es concebida como un desequilibrio vibratorio en al­guno de los tres aspectos del hombre: físico, psíquico o espiritual. Al tomar los remedios espagíricos se introduce la "nota correcta" en la que el organis­mo ha olvidado "vibrar". La espagiria confía en las potencialidades del hom­bre, ya que es el propio organismo el que reacciona y vuelve a su armonía original cuando se le proporciona la energía adecuada, a través de los reme­dios portadores de "luz". La medicina espagírica no es una medicina nueva. Paracelso postuló sus principios y el método del tratamiento, que consiste en relacionar cada afección con el desequilibrio de una u otra actividad vital. Por lo tanto, el método espagírico consiste en determinar cuál o cuales de estas actividades están desarmonizadas, y administrar la preparación espagírica que. por presentar la misma similitud de actividad, restablecerá la armonía perdida.



En un próximo post escribiré sobre el misterio de la gota de rocío.


Bibliografía:

Bach, Edward; “Obras completas – Escritos Florales”. Ed.Continente
Grecco, Eduardo; “La Luz que nunca de apaga”; Ed. Continente
Gurudas; “El libro de las esencias florales”- PDF
Jung, Carl.G.; “Psicología y Alquimia”- PDF
Pérez, Raúl; “Nueva Generación –Avances en Terapia Floral. Ed. Fultena
Paracelso; “Botánica Oculta”; Ed. Kier

miércoles, 24 de mayo de 2017

domingo, 21 de mayo de 2017

Walnut - Juglans regia - Nogal



El Nogal tiene amplia conexión con la historia del hombre, por su carácter simbólico e igualmente por su vasto uso farmacéutico.

El árbol del padre de los dioses olímpicos (estaba dedicado a Júpiter) es símbolo de riqueza, abundancia, fuerza y fertilidad. Su fruto, la nuez, se relaciona con la totalidad, la cabeza, el cerebro y las fuerzas del pensar.

Durante siglos, la nuez y la rama de nogal han tenido su lugar en los ritos que acompañaban el pasaje de un período de la vida a otro, las grandes transiciones que a veces marcan el cambio de rol social, del estatus de una persona, como nacimiento y muerte, compromiso, casamiento y viudez.

A principios del año 1936 el Dr. Bach escribió un artículo sobre Walnut. Para esa época él ya estaba muy enfermo (muere en Noviembre de ese mismo año). He aquí el texto:

"Walnut es el remedio de las etapas de avance: dentición, pubertad, cambios de vida.
También para las grandes decisiones que tomamos durante la vida, como por ejemplo el cambio de religión, de empleo, de lugar de residencia.
Es el remedio para realizar un gran cambio. El remedio para los que han decidido dar un gran paso adelante en la vida. La decisión de dar un paso adelante, romper las antiguas costumbres, dejar los límites y restricciones anteriores e iniciar un camino nuevo y mejor, a menudo conlleva sufrimiento físico debido a los ligeros remordimientos, las ligeras penas de las rupturas con los antiguos lazos, las antiguas asociaciones, los antiguos pensamientos.
Este remedio aliviará y ayudará a suprimir las reacciones físicas en estas situaciones, tanto si el paso adelante que se da es de naturaleza mental como física.
Es el remedio que nos ayuda a pasar por todos estos estados sin remordimientos, sin recuerdos del pasado, sin miedo al futuro y por lo tanto nos evita el sufrimiento mental y físico que suele estar asociado con este tipo de situaciones.
Sin duda alguna es el gran liberador de influencias, tanto de las cosas del pasado a las que solemos llamar herencia, como de las circunstancias del presente."

La primera edición inglesa del libro "Los Doce Curadores y otros remedios" data de 1933. En 1936 se edita una nueva versión ampliada, siendo la versión definitiva la de 1941 que es la difunde el Bach Centre. 
En dicho libro Bach ubica a Walnut dentro del Grupo 5 "Hipersensibilidad a influencias e ideas ajenas", recomendándolo para "quienes tienen claramente definidos sus ideales y ambiciones en la vida, y las concretan, pero en algunas ocasiones excepcionales se sienten tentados de aparterse de sus propias ideas, propósitos y trabajo, influidos por el entusiasmo, las convicciones y la firmeza de ciertas opiniones ajenas. El remedio les proporciona la perseverancia necesaria, y les aporta protección contra las influencias externas"



Resumiendo: Walnut está indicada para personas que pueden verse influenciadas por las opiniones y sugerencias de los demás. También para favorecer los cambios. Es el remedio de flores de Bach para protegerse de las influencias externas en general y de los efectos del cambio en particular. Como remedio contra los efectos del cambio, Walnut es útil en todas las transiciones de la vida (nacimiento, dentición, el comienzo en la escuela, la pubertad, el matrimonio, la maternidad, la menopausia, el retiro y más allá). Ayuda a romper el vínculo con el pasado y libera de ataduras, de modo que la persona pueda continuar adelante con confianza y sin sufrir innecesariamente.

El Nogal es símbolo de renovación y cambios. Su rol simbólico afecta como ya dijimos, a todas las etapas de transformación. Walnut permite que la persona se adapte completamente a la nueva situación pudiendo así capitalizar el aprendizaje que traer la nueva etapa a ser vivida.

La virtud que aporta es protección ante influencias externas que pueden interferir en nuestras actividades y adaptación frente al cambio.







viernes, 19 de mayo de 2017

Centaury - Ficha técnica


Lección. El Centaury tiene que aprender a encontrar el centro dentro de sí donde apoyar los cimientos de su identidad; a poner límites y no dejar que otros interfieran en su camino interior y, finalmente, a permitirse ser un agente activo en la construcción de su propia vida.

Virtud. Las virtudes que esta esencia permite desplegar son: mansedumbre, servicio, bondad, compasión, fortaleza, piedad, humildad, estima y modestia. Al mismo tiempo, fortifica la voluntad para hacer capaz a la persona de realizar el propósito interior que su alma le dicta.
El proceso que subyace a este dinamismo hace evidente que, al complacer, Centaury siente que se valida, que se corporiza, que existe. Pero lo que sucede es que al olvidar sus propias necesidades, al no escuchar su voz interior y al enajenarse en el deseo del otro, retrasa su propio camino de evolución y el de los que lo rodean.

Mapa emocional. Hostilidad reprimida, excesiva demanda de amor que conduce a una reiterada frustración, miedo a la libertad y al descontrol, culpa y remordimiento, necesidad de castigo, insatisfacción permanente, vergüenza, vivencia de no ser nada, no solamente no ser valioso sino considerarse una basura o un felpudo.

Polaridades emocionales. Servicio y egoísmo; servilismo y autocracia; sometimiento y tiranía: ira y perdón; crueldad y compasión; sumisión y libertad.

Modalidad comunicacional. Queja, falta de fuerza expresiva y espontaneidad, bloqueo en la afirmación, muletillas de permiso y perdón permanente, torpeza.

Vínculos. Dependientes, sometidos, sumisos, desafiantes, insatisfactorios, adictivos, inhibidos, búsqueda de protección y aprobación, delegación en el otro de la propia autoridad. En esencia las relaciones Centaury se organizan en torno de vivir la vida a través de la del otro.
 
Algunos de los rasgos mas destacados en su relación con otros son:
Si alguien necesita algo se lo dan sin que se lo pidan. Esta es una máscara que parece generosidad pero encubre temor.
Su finalidad esencial en la vida es hacer cosas por los otros. Este servilismo es una máscara del auténtico servicio.
Son considerados y amables en el trato con las demás personas.
Están con las personas que quieren en las buenas y en las malas.
Se inhiben cuando son el centro de atención.
Son personas sufridas, pacientes y con mucha tolerancia a la incomodidad.
Son bastante ingenuos y les cuesta pensar que otras personas tengan segundas intenciones hacia ellos.
En sus relaciones afectivas tienden al dejarse guiar por la pareja renunciando a su propia autoridad y su propio camino y hasta llegan al masoquismo.
En la sexualidad no busca tanto el placer propio como el del otro.
Síntomas físicos. Cansancio, palidez, trastornos circulatorios, trastornos hepáticos, dolores de columna (especialmente dorsales), hipertensión arterial, patologías tiroideas, tensión muscular, dolores en los muslos, constipación, disneas respiratorias, trastornos inmunológicos.
Síntomas psíquicos. Incertidumbre, represión de la sexualidad, relaciones de co-dependencia y sufrimiento, incapacidad de goce, tendencias masoquistas, afán de servicio desmedido, síntomas obsesivos, accidentes reiterados, incapacidad para expresar con fuerza las ideas, influenciabilidad, anhelo de reconocimiento y confirmación, temor a autoridad, necesidad de aprobación, incapacidad para poner límites, hipersensibilidad, tristeza, voluntad débil, pasividad, reaccionan a los deseos de los otros y no a los propios.
Mecanismo de defensa. Dependencia, bajo la forma de incapacidad de asumir la propia autoridad.
E. Grecco

Lo que Centaury oculta en su sombra


"A diferencia de lo que ocurre con Vervain la voluntad en Centaury se encuentra debilitada y, sus afectos, exacerbados, debido, en parte, a la vulnerabilidad que siente, de un modo visceral y, por otra, a causa del esfuerzo que despliega para complacer a los demás.
Es una persona que, de manera habitual, relega sus opiniones e intereses y le resulta costoso hacer valer sus ideas, de manera que, olvida sus propias necesidades y, en espejo, no percibe las auténticas necesidades de los otros. Por este camino, es frecuente que caiga en la rigidez y culmine en la ausencia de placer por las cosas de la vida cotidiana y, aún, por la vida misma.
Tras esta fachada, en su sombra se oculta un mundo bien diferente: fuertemente compulsivo, arrogante, egoísta, demandante, presumido, autoritario, dominante, tiránico, ampuloso, anhelante de poder y, por momentos, con tendencia a comportarse con crueldad. No por nada, Bach, colocó, como primer arquetipo de esta esencia, al Autócrata.
Pero, ¿Por qué no parece bajo esta faz y en cambio lo hace tras la máscara de la bondad y el servicio? Es que, el modo habitual de comportamiento Centaury se revela como un gesto de apaciguamiento hacia otros para evitar, por esa vía, el castigo o la agresión que pudiera recibir, fantasía simétrica a los deseos reprimidos o contenidos de castigar y agredir, que habitan en su lado inconsciente. Estos impulsos se encuentran al acecho para, cuando se presente la oportunidad adecuada, ser descargados sin peligro.
Entre ambas posibilidades antagónicas, autócrata o pródigo, existe un equilibrio, un sendero que permite el surgimiento de una personalidad fuerte y afirmada sobre sí misma, independiente y segura de sus convicciones, gentil y receptiva, compasiva y comprometida socialmente pero, al mismo tiempo, capaz de saber limitarse en el servicio cuando percibe que excede sus posibilidades, libre del temor de ser rechazada si no cumple con lo que le demandan, resistente a las influencias y que, de forma adecuada, no permite que se aprovechen de ella. Una personalidad que no persigue el amor sino que ha aprendido a identificar las trabas que dentro de ella ha levantado para impedir entregarse, libremente, a esa experiencia."
Eduardo Grecco

 

Centaury en la visión de Eduardo Grecco


"Centaury, asistido por aquella condición, según la cual, prefiere ser herido antes que herir, posee una bondad que lo lleva a no negar nada a nadie, a tolerar “… en beneficio de la paz, en lugar de hacer lo que sabe que es correcto porque no desea luchar… “(Bach). Sacrifica lo cabal y justo en pro de la armonía.
Sin duda, es rostro habitual del Centaury se manifiesta bajo la forma de una personalidad callada, sensitiva, dócil, gentil, abnegada, vacilante, dependiente, sumisa, inhibida, ansiosa (hasta en demasía) por ayudar a los otros pero, sobre todo, débil. Sin embargo, ahí no queda todo. Poseedor de una exagerada valoración de su capacidad para ayudar a los demás, es prisionero de serias dificultades para poner límites y decir que no a los requerimientos ajenos. Y, esta conducta, es un grave quebrantamiento del orden de la ayuda, ya que, servir no es postergarse, no es una obligación, no es una pulsión. Caer en estas maneras de practicar el servicio es convertir, tal actividad, en sumisión"

La toma de esta esencia floral de Bach no endurece la personalidad de Centaury, sino que fortalece el valor y la autodeterminación, de tal manera que la gente Centaury se vuelva capaz de trazar la línea y marcar el espacio donde ellos mismos se sientan libres de los deseos y ordenes de los demás.

martes, 2 de mayo de 2017

Hablemos sobre PINE




Cómo describre el Dr Bach este remedio?
El dice: "Para los que se culpan a sí mismos. Incluso cuando tienen éxito piensan que lo podrían haber hecho mejor, y nunca se contentan con sus esfuerzos o los resultados. Son muy trabajadores y sufren mucho de las culpas que se atribuyen a sí mismos. A veces si hay algún error es debido a otros, pero se atribuirán la responsabilidad incluso por eso."
(Los Doce Curadores y Otros Remedios)

Les comparto un resúmen de los post que Eduardo Grecco realizó entre el 17 de Octubre y el 9 de Noviembre de 2016:

 
En nuestra vida actual cualquier fracaso (ilusiones que se frustran, planes que se estancan, relaciones que se quiebran, afectos que se ven traicionados) funciona como leña que alimenta el fuego de la culpa.
Para el Psicoanálisis, la culpa, deriva del temor a la autoridad paterna que, con el tiempo, pasa a convertirse en una función interiorizada como una estructura, que Freud llamó Super-Yo. En cierto sentido, Freud reemplaza el pecado original por el Complejo de Edipo, en donde, el deseo y su prohibición chocan entre sí y, dan lugar, a la construcción de la culpabilidad como un descargo y excusa, por lo que se ha deseado, es condenable y merece castigo. Vista de este modo, la culpa, es casi un pedido de disculpa y perdón que, sin embargo, no encuentra redención y que, por el contrario, muchas veces se hace síntoma. De tal manera, el cuerpo “paga” la deuda de la culpa no aceptada y no expresada y, por lo tanto, no cancelada.
No siempre la culpa es un sentir que alcanza la conciencia. En realidad, es mucho mayor la frecuencia en la cual permanece escondida en la sombra de lo inconsciente, que lo que navega a la luz de la percepción de nuestro yo. Pero, que no la tengamos presente, no significa que no ejerce su poder sobre nosotros. Y, una de las maneras por las cuales la culpa se expresa, es como grito en el cuerpo: el dolor. Un dolor cuya raíz hay que bucearla en nuestro mundo emocional. La conciencia calla, la memoria olvida, pero el cuerpo siempre habla y siempre recuerda.
Cuando la culpa aprieta nuestra vida, y no somos capaces de deshacernos de ella y liquidarla, es muy común que el castigo muerda el cuerpo como síntoma. Enfermedades autoinmunes, hipotensión, patologías del sistema nervioso, infecciones, patologías hepáticas, articulatorias y de la piel, son algunos ejemplos de este proceso, en el cual, la persona, se hace cargo de la autoría de un daño y paga con dolor esa culpa. De ahí la importancia que Pine tiene en ayudar a liberar esta creencia que consume la estima y la dicha de nuestra vida.
En algunas personas, culpa y apatía, están, en ciertas situaciones, íntimamente relacionadas. Pero, no es el único maridaje. Junto a la derivación en el cuerpo o la proyección en otros, que ya hemos señalado, hay más matrimonios posibles: que la culpa se haga rencor (Willow), dogma (Vervain), vergüenza (Crab Apple), amor (Holly) o rigidez moral (Rock Water). Ya ven, la culpa se esconde en todos los rincones de nuestros sentires.
La culpa es una emoción que crea la cultura como un mecanismo de control sobre las personas. Sentir culpa, encubre no hacernos responsables. Nace, en ocasiones frecuentes, de una convicción falaz: no ser capaz de alcanzar realizar esperanzas o expectativas que, en verdad, son ilusorias, irreales y ficticias. (Aquí se impone vincular Pine con Elm). Esto, incluye, la culpa por no ser perfectos y el auto-reproche por no hacer las cosas de un modo ideal. Al igual que Oak y Centaury, Pine, se siente obligado a arrogarse la responsabilidad que corresponde a otros, a hacerse cargo de los adeudos de otras personas. Y, todo esto, supone que, en este estado emocional, la persona no confía en los procesos de la vida, no descansa en la justicia del alma, sino que se convierte en juez severo de sí mismo. Al tomar Pine, uno se libera del deber, del pasado acusador, se abre a la responsabilidad sobre uno mismo, a la mayor capacidad para estar presente en el presente, a erradicar la divergencia entre lo que hacemos y lo que deberíamos hacer, y a dejar atrás programaciones y mandatos familiares de expiación.
Pine, nos inicia en el arte del equilibrio y la justa responsabilidad, nos relaja ante las exigencias de la vida, nos permite disfrutar más plenamente los momentos, a no torturarnos por como resulta lo que emprendemos, a no castigarnos por el pasado y los errores cometidos.