“Cada
esencia es un ser vivo en plena manifestación y evolución con su patrón
individual (como especie) y no un remedio aislado para su uso
alopático.
Cuando ingerimos una esencia floral entramos en contacto
con un alma vegetal, con su razón de ser, con sus dones más elevados, y
al tiempo que sanan nuestros seres, ellas elevan su condición. Con cada
absorción de información floral y la mejoría que ésta nos produce, los
campos mórficos almacenan estos datos energéticos y la curación de ese
estado por parte de nuevos pacientes tiende, con el tiempo, a ser más
fácil.”
(Jordi Cañellas – Cuaderno botánico de Flores de Bach)
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