domingo, 30 de octubre de 2022

AQUÍ Y AHORA… FLORES DE BACH

Por Celia Guerra BFRP

Gran parte de los malos momentos mentales y emocionales se van formando cuando la personalidad se escapa del presente y perdemos la sintonización con nosotros mismos, con nuestro cuerpo y con el contexto.
El “yo” necesita crearse una opinión sobre el mundo dentro de su propio territorio personal. Esta identidad de nuestro cuerpo y de nuestras acciones condiciona los niveles de intuición, de empatía y la forma de percibir nuestra fuerza interna.
A nadie se le escapa la importancia de mantener una actitud intencionadamente atenta en el presente, concentrada en aquello que se está haciendo en este momento, predisponiéndose a aceptar lo que hay y lo que está, sin sentir la obligación de tener que juzgarlo.
En este sentido el Trabajo con las flores de Bach puede convertirse en una escuela para aprender a poner en práctica en la vida cotidiana, todo lo que ya se sabe.
Remedios como IMPATIENTS, permiten equilibrar la agitación y recuperar la capacidad de escuchar a las personas y a las circunstancias, permitiendo comprender el ritmo de lo que está sucediendo. Despertando en nosotros la capacidad de esperar activamente, es decir, conectados y atentos.
CLEMATIS transforma la imagen mental nebulosa, romántica e indefinida del mañana, en un presente activamente creativo, con ideas nuevas dotadas de intención y formas diferentes de hacer las cosas . Si además le sumamos WHITE CHESTNUT, la mente cesará en sus obsesiones y discursos insistentes y martirizantes que impiden concentrarse y disfrutar del momento.
RED CHESTNUT ayuda a que la mente no tienda a anticipar desgracias, a sufrir por adelantado aquello que en un futurible podría acontecer a sus seres queridos.
En realidad no hace falta irse lejos para buscar lo que nos falta… cuando nos orientamos plenamente a estar presentes la vida se va llenando cada vez más de una sutil belleza.
 

 

ASPEN

 


LA CULPA

(por el Prof. Eduardo Grecco )

"No siempre la culpa es un sentir que alcanza la conciencia. En realidad, es mucho mayor la frecuencia en la cual permanece escondida en la sombra de lo inconsciente, que lo que navega a la luz de la percepción de nuestro yo. Pero, que no la tengamos presente, no significa que no ejerce su poder sobre nosotros. Y, una de las maneras por las cuales la culpa se expresa, es como grito en el cuerpo: el dolor. Un dolor cuya raíz hay que bucearla en nuestro mundo emocional. La conciencia calla, la memoria olvida, pero el cuerpo siempre habla y siempre recuerda. En este punto, creo que hay que revisar la relación que existe entre Impatiens y Pine y considerar, hasta qué punto, el dolor que Impatiens padece, no está originado por un sentimiento de culpa no asumido. La crueldad que ejerce hacia otros, es la contracara de la crueldad Pine, ejercida sobre uno mismo. Hay una frase de Bach, sobre Impatiens, que puede servirnos de nexo: “Es útil en aquellas personas que (sin importar su estado aparente) están haciendo un gran esfuerzo para sobreponerse a alguna cualidad adversa: de ahí la intensidad del sufrimiento cuando temen fallar.” “Temen fallar”, en Impatiens, mientras que, en Pine, tal vez sea, “He fallado”. Pero, de todos modos, la cuestión es falla, falta, error, tacha, fracaso… En toda esta dinámica, es bueno observar que, cuando la culpa aprieta nuestra vida, y no somos capaces de deshacernos de ella y liquidarla, es muy común que el castigo muerda el cuerpo como síntoma. Enfermedades autoinmunes, hipotensión, patologías del sistema nervioso, infecciones, patologías hepáticas, articulatorias y de la piel, son algunos ejemplos de este proceso, en el cual, la persona, se hace cargo de la autoría de un daño y paga con dolor esa culpa. De ahí la importancia que Pine tiene en ayudar a liberar esta creencia que consume la estima y la dicha de nuestra vida. Y, cuando fallar es a lealtades familiares o producto de enredos ancestrales o la presencia de vestigios inquisistoriales constelares, no hay que olvidar a Oak y su acción sobre los sentimientos de expiación."
 

 

EL TERRITORIO FLORAL

 "Hombres y mujeres concurren a consultar a un terapeuta porque se sienten perdidos, dolidos, atemorizados, deprimidos o, tal vez, abrumados por conflictos o desgarrados y heridos por penas de amor. Lo que anhelan es dejar de sufrir, decir adiós a sus malestares y recuperar la salud y el brillo del sol para sus vidas; volver a respirar libres del peso y de las ataduras de la enfermedad y de los enfrentamientos antagónicos que los quiebran y fragmentan.
Los estudios de Psicología, y de otros artes terapéuticos, preparan a sus oficiantes para ayudar en la tarea de restaurar la paz extraviada, unir lo dividido y, también, guiar en la búsqueda del significado de las dolencias, es decir, interpretar el sentido simbólico y emocional de los síntomas.
Pero para lo que no entrena la Psicología y la Medicina es para advertir que todo padecer es una iniciación, una noche oscura por la cual hay que surcar hasta llegar al sitio a donde el alma quiere habitar; a saber que el yacer en una noche oscura es algo natural, ya que, la oscuridad forma parte de la vida misma, que la noche oscura es un tiempo en donde la persona aprende a confiar y esperar, a tomar con calma los momentos difíciles y dejar que los procesos en los cuales está embarcado hagan su obra, a no fijarse metas y establecer propósitos sino solo a transitar. Y, aquí es el territorio propio de la Terapia Floral. "
(Prof. Eduardo Grecco ) 


 


RECONCILIACIÓN Y FLORES DE BACH

Por Celia Guerra BFRP

Reconciliarse tiene que ver con retornar a un lugar donde ya se estuvo y también con reunir de nuevo aquello que durante un tiempo se mantuvo separado.
Es posible que pensemos que éste viaje de vuelta conlleve un estado igual o similar al que había, sin embargo, no siempre sucede de esta forma porque aquello que quedó en el camino, lo que se interrumpió, nos transformó internamente y cambió no solo la mirada sino también conceptos y afectos.

La primera reconciliación posible, es con uno mismo, tomando lo que se siente, dando espacio a lo que hay, asumiendo progresivamente los sentimientos propios con la mayor honestidad posible. Para llegar a ésta actitud no hay que tener prisa, simplemente saber que se está dispuesto. Reconciliarse no es sinónimo de perdonar, sino de reparar la parte interna que quedó dañada y llegar a unir aquello que se rompió.

El remedio floral HOLLY permite ir diluyendo el espejismo de la separatividad, del enfado consciente o inconsciente que intenta guardar el dolor dentro de un caparazón espinoso, no en vano se le conoce como el remedio del amor

WILLOW facilita la dispersión de la amargura que quedó guardada y orienta al ego hacia adentro para dejar de proyectar en lo externo y llegar a ver toda la energía que se queda estancada en la queja y la autocompasión

WALNUT-HONEYSUCKLE para “quebrantar el hechizo” del pasado y romper las ataduras que atrapan al ser en lo que ya no está.

STAR OF BETHLEHEM si adentro aún permanece la pena por lo que se interrumpió si el pesar impide ir hacia adelante emocionalmente.

Reconciliarse es una forma de soltar, de dejar atrás. Dice Deepak Chopra:
"Cuando dejas ir, perderás muchas cosas de tu pasado, pero finalmente te encontrarás a ti mismo