Una vez que Bach termina con el trabajo de los Doce Curadores se
retira a descansar a Cromer. Allí, pronto se da cuenta que existen una
serie de estados crónicos que impiden a la persona enfrentarse con su
tema esencial de personalidad. Así, entre 1933 y 1934 Bach revela los
Siete Ayudantes en dos series: los primeros cuatro y los tres
siguientes.
Los ayudante son remedios que Bach piensa como estados crónicos en donde la persona se ha acostumbrado tanto a la enfermedad que la visualiza como formando parte de su propia naturaleza, pero que, a la vez, encubre y no permite ver lo que ella es en realidad.
Los ayudante son remedios que Bach piensa como estados crónicos en donde la persona se ha acostumbrado tanto a la enfermedad que la visualiza como formando parte de su propia naturaleza, pero que, a la vez, encubre y no permite ver lo que ella es en realidad.
La labor, en lo esencial, de estas esencias, consiste en disolver las
corazas que se sobreimponen y substituyen a la personalidad de origen y
que son asumidas por la persona como su verdadero Yo.
Bach imaginaba a este blindaje, construido como producto de la historia personal y en el marco de las experiencias familiares, como un “falso Yo” y como una cronicidad de nuestra existencia, entendida esta cronicidad no tanto como una función temporal, algo que permanece en el tiempo, sino como una organización de nuestra identidad sustentada por un sistema de creencias y un argumento de vida y, por lo tanto, como un patrón aprendido.
Si los 12 Sanadores buscan alinear la personalidad a su forma original los 7 Ayudantes van quitando las máscaras que impiden a cada quien ver cómo es su verdadera naturaleza de cuna. En este sentido uno podría preguntarse ¿Ayudantes de qué? De los sanadores ¿Para qué? Para facilitar la tarea de descubrir quien, realmente uno es, que tipo floral es el que el alma eligió como herramienta (personalidad) para concretar sus tareas en esta vida. (E.Grecco)
Bach imaginaba a este blindaje, construido como producto de la historia personal y en el marco de las experiencias familiares, como un “falso Yo” y como una cronicidad de nuestra existencia, entendida esta cronicidad no tanto como una función temporal, algo que permanece en el tiempo, sino como una organización de nuestra identidad sustentada por un sistema de creencias y un argumento de vida y, por lo tanto, como un patrón aprendido.
Si los 12 Sanadores buscan alinear la personalidad a su forma original los 7 Ayudantes van quitando las máscaras que impiden a cada quien ver cómo es su verdadera naturaleza de cuna. En este sentido uno podría preguntarse ¿Ayudantes de qué? De los sanadores ¿Para qué? Para facilitar la tarea de descubrir quien, realmente uno es, que tipo floral es el que el alma eligió como herramienta (personalidad) para concretar sus tareas en esta vida. (E.Grecco)