sábado, 28 de diciembre de 2013

Un poema ancestral



“Mirad el rocío del amanecer
Vertido por el seno de la mañana
Que se cierra alrededor de sí mismo,
Y en la extensión de su pequeño globo
Enmarca como puede su elemento original.

Cómo su propia lágrima, que rueda largamente
Tan insegura, temiendo perder su pureza
Hasta que el sol se apiada de su dolor,
Y la exhala otra vez hacia el cielo.

Así el alma, la gota,
El rayo del claro manantial del día eterno,
Puede reflejarse en la flor humana,
Y expresar en sus puros y redondos pensamientos,
El vasto cielo
En su cielo personal”

(tomado del libro de Raúl Pérez – Florales de nueva generación)


No hay comentarios:

Publicar un comentario