"El arquetipo del huérfano enfrenta al hombre a la tarea de liberarse de toda dependencia pero, también, de sanar el espíritu retaliativo y autocrático que alberga en su inconsciente. Así, la construcción de una identidad capaz de distanciarse tanto de la sumisión como el despotismo sigue un recorrido que, en el caso de Centaury, terminará en fracaso si no logra trascender estos extremos. Si se malogra la oportunidad, lo que debería haber sido una herramienta para la evolución, se transforma en una pesada cadena que ata a la persona a un patrón de conducta que detiene su crecimiento. De esta manera, la identidad Centaury, no deja paso más que a los antagonismos que perfila la dialéctica del amo y el esclavo como únicas posibilidades de llegar a ser.
Lo mismo ocurre con Agrimony pero, el camino que en esta esencia se traza, es el formular una existencia inauténtica para eludir el dolor y el temor al rechazo. El Centaury, en cambio, elige buscar complacer y satisfacer al otro por el sendero de conformarse, hacer buena letra constantemente, nunca decirle que no a nadie y estar siempre dispuesto a servir. Y, lo hace de este modo, alentado por la fantasía de que de así logra apaciguar al otro, ya que, lo vive no como un par sino como un mando ante el cual debe doblegarse.
La sanación de tal modelo de funcionamiento acontece cuando la persona logra salir del refugio imaginario de la dependencia de la autoridad y logra sentirse par entre pares. Pares con los cuales existe la posibilidad de ayudarse mutuamente, de ser realista con sus capacidades de servicio y libre del temor al rechazo y a la necesidad de postergar sus intereses para conseguir reconocimiento.
Así como, el Cherry Plum es la esencia que pone a la persona en contacto con el hecho de que la vida es una constante danza de experiencias y que hay que arriesgarse a vivir sin sujetarse al control de la razón, Centaury, plantea aprender que, si bien es cierto que la verdad nos hace libres, no menos cierto, es que, solo con libertad e independencia podemos encontrar la verdad tanto dentro como fuera de nosotros. Una libertad de la cual, Centaury, parece enajenado, una dependencia que nunca la abandona como si estuviera viviendo una condena al infortunio. “Siempre está a mi lado la sombra de haber sido un desdichado.” (Jorge Luis Borges). "