miércoles, 29 de abril de 2020

Las intimidades de OLIVE

Podemos encontrar referencias de la utilización del olivo (Olea Europaea) desde la prehistoria, pasando por la mitología griega, la romana, la tradición cristiana o la civilización egipcia.

Siempre ha sido considerada una planta muy preciada, no solo porque de ella se saca el aceite, sino porque sus hojas eran utilizadas para diversos fines mágicos.

Por ejemplo, en Europa, los Druidas (sacerdotes celtas, edad media), atribuían propiedades mágicas a cada árbol e identificaban a cada persona con un árbol, para ellos un Dios, igual que actualmente identificamos a cada persona con un signo del horóscopo, bien, pues para ellos el Olivo simbolizaba la ternura, la amabilidad, la paz y la alegría.
Existen indicios de que los primeros que elaboraron aceite de oliva fueron los egipcios, que utilizaban ese aceite entre otras cosas para baños purificantes y curativos. Se han encontrado momias egipcias con coronas de ramas de olivo, como símbolo de protección. Tradición que quizá heredaron los romanos, ya que en su Imperio, el olivo era un artículo de lujo, solo destinado a las clases sociales más altas, que se perfumaban o bañaban con aceite y quemaban sus ramas en templos o sitios de culto y de reunión, para purificar y proteger el ambiente.
En la antigua Grecia, existen muchas alegorías al poder del olivo, quizá el documento más conocido, la Odisea, donde Ulises vence al Cíclope gracias a una estaca de olivo, deja claro que el olivo es símbolo de victoria; tanto que en las Olimpiadas griegas, los vencedores eran coronados con unas ramas de olivo. Según la mitología, su diosa Atenea fue la que enseño a los griegos a cultivar y cuidar los olivos. Muchos filósofos, entre los que se encuentra Platón, discutían a cerca de la mejor manera de cultivar el olivo y su importancia para la prosperidad.

Durante la Edad Media, siguió considerándose el olivo como el árbol de la paz, la victoria y la protección. A estas propiedades se añadió la propiedad del aceite de condensar la luz, y de irradiar luminosidad, por lo que se utilizaba en muchos rituales mágicos y como ungüento, ya que la vibración de la luz a través del aceite, procuraba propiedades curativas a la persona y protección.

En el lenguaje de los sueños, el olivo simboliza la paz, la pureza, la protección y la victoria.
Las flores son muy pequeñas y están reunidas en inflorescencias. Presentan cuatro pétalos de color blanquecino y una fuerte fragancia.
El Profesor Grecco dice sobre Olive:
"El Olivo, árbol dador de un fruto que alimenta y de un bálsamo que reconforta, cuyas ramas brindan sombra que protege era considerado, en la cultura Celta, representante de la Sabiduría. Sus raíces fuertes y profundas eran símbolo de la trama que enlaza el hombre a la naturaleza, la personalidad a la tierra, el alma a su labor en el ciclo de la vida. Pero, sobre todo, era apreciado como cifra de permanencia y regeneración de la memoria.
Una señal del oficio de guardián de la memoria que desempeñaba el Olivo se ve en el hecho que, en muchas culturas, ante la muerte de una persona significativa, - un guerrero, un filósofo, un poeta o un místico-se solía sembrar un Olivo para honrar y recordar su legado. Lo mismo sucedía con eventos memorables de la sociedad. De tal modo que es frecuente encontrar acontecimientos trascendentes que se los sitúa ocurriendo en bosques de olivos: Jesús en Getsemaní, uno de ellos."
 
 

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