Otoñoabril…, ¿Existes realmente?
¿O de mi anhelo por soñar se trata?
Gestar de nuevo ocres en mi mente
Promesa de tibieza siempre grata.
Sereno día y más sereno ocaso
Paréntesis que encierran mi
alegría
Recuesto el alma mansa entre tus
brazos
Despierto un ansia que creí perdida.
¿Será posible que la magia venga
A rellenar mis cántaros vacíos?
Un dulce sortilegio que mantenga
Mi corazón a salvo del hastío…
¿Qué haría yo de tener un
calendario
Con doce otoñoabriles perdurables?
No estaría vagando solitario
Añorando vivencias imborrables…
Y mientras que la vida se deshoja
Del bosque de mi alma caerían
La fatiga, el hartazgo, la congoja
Y la muerta ilusión renacería…
Pero no hay doce, no. Tan sólo
uno.
El tiempo dulce tiñe mi ventana.
Me visto de esperanza en oro
bruno
En el aire repica una campana.
Mónica Vaccaro – 21 de Marzo 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario