Días pasados,
durante una consulta floral, la consultante expresó que no terminaba de
entender la diferencia ente “lástima” y “compasión”. Yo le respondí. “La
diferencia la hace el Amor”.
“Sentir
compasión no significa sentir lástima hacia los demás” – explica la Lic. Fanny
Libertun
Compadecerse de
alguien es poder ponerse en el lugar de quien sufre porque uno se reconoce a sí
mismo en ese sufrimiento. Como dice la psicóloga Belén Casado Mendiluce: “Cuando
te compadeces no juzgas, no te eriges en juez que dirime quién es bueno y quién
malo, porque sabes que esa línea, en ocasiones, no es tan fácil de definir”
La compasión
dignifica. Nos hace más humanos.
En tanto que
sentir lástima por alguien es ponerse (consciente o inconscientemente) por
encima del otro a quien se juzga inferior. Porque el término suele usarse socialmente
ya sea con cierta connotación peyorativa (“Me das lástima…” “Te tengo lástima…”)
o bien considerando a la persona “víctima” de lo que le sucede y no como un ser
responsable de sus acciones, por lo que directa o indirectamente, le estamos
quitando su poder (Juan Ordóñez – Biodecodificación)
Andre Lima (reikista
brasileño y terapeuta EFT) opina que “el sentimiento de compasión está completamente
desprovisto de cualquier tipo de culpa, tristeza por el otro, impotencia o dependencia.
Tampoco existe el sentimiento de que el otro no es capaz de superar las
dificultades. La compasión está entonces, desprovista de negatividad. Esta
brota desde el fondo de nuestra esencia y viene acompañada por una paz
interior. En ese estado, podemos reconocer el sufrimiento de otra persona pero
sin arrastrarnos para sufrir junto con ella. Entenderemos que aquello es parte
de su aprendizaje y que ella tiene la capacidad para superarlo.”
Si bien el
diccionario de la Real Academia Española, define “lástima” como “enternecimiento
y compasión por los males de alguien” en la realidad cotidiana la lástima queda desnuda de tal sentimiento empático.
Comparto un excelente posteo sobre este tema
realizado por la Licenciada Fanny Libertun en su blog Psicología de la
Compasión.